Investigadores de Columbia Engineering inventan un tejido blando capaz de emular el movimiento de un músculo natural. Un avance que cambiará el futuro de la robótica y sus aplicaciones.
El futuro está cada vez más cerca de lo que jamás hemos pensado o emulado. Durante años hemos visto decenas de películas en las que los robots entraban en nuestras vidas: algunas veces de manera más amable, como en el “Hombre Bicentenario”, y otras, mostrando su cara desagradable como en “Yo, robot”.
Dos películas míticas en las que el relato narrativo se mezcla con la concepción de robots humanoides que, poco a poco, se asemejan al ser humano porque son capaces de sentir y conocer.
Un retrato de ciencia ficción que ya es una realidad. Hace apenas unas semanas se celebraba el Ars Electronica Festival, donde nos presentaban los nuevos horizontes de la Inteligencia Artificial. Nos quedamos con la boca abierta con robots que difícilmente se diferenciaban de los humanos.
Ahora, una nueva aplicación llevada a cabo por un equipo de investigadores de Columbia Engineering , permitirá que un tejido artificial tenga mayor flexibilidad en el movimiento.
Este músculo blando sintético será capaz de levantar 1.000 veces su propio peso. Es imprimible en 3D y no necesita tantos requisitos como los músculos previos desarrollados en este ámbito: equipos de alto voltaje y compresor externo.
Hecho con caucho de silicona y etanol
También servirá para crear robots humanoides cada vez más parecidos a nosotros, ya que el músculo puede contraerse como uno biológico y expandirse nueve veces su tamaño normal. Además, cuenta con una densidad de deformación diez veces mejor que la de un músculo natural.
Hasta el momento, existen bacterias y circuitos flexibles, pero uno de los principales obstáculos de la robótica actual es la ausencia de un motor eléctrico hecho de materias blandas capaces de resistir grandes tensiones. Por lo que este nuevo material abre la puerta a futuras mejoras. De hecho, Aslan Miriyev, investigador postdoctoral en el laboratorio Creative Machines, declaraba que este material funcional «puede servir como músculo blando, posiblemente revolucionando la forma en que las soluciones robóticas blandas están diseñadas hoy. Puede empujar, tirar, doblar, girar y levantar peso, de hecho es el material artificial más cercano que tenemos a un músculo natural”.
El tejido está hecho con una matriz de caucho de silicona mezclada con etanol. Una vez impresa en 3D en la forma deseada, se acciona el músculo eléctricamente con un alambre de baja potencia.
Fuente: Creative Machines
El futuro con robots automatizados y de materiales blandos
A raíz de esta investigación, los científicos han fijado su enfoque en la Inteligencia Artificial. Ahora que ya es posible conseguir un músculo blando en 3D, quieren lograr un sistema de autoaprendizaje para la predicción de su comportamiento en tiempo real y, así, automatizar la actuación del robot.
Además de los robots humanoides, esta nueva tecnología también podrá implantarse en dispositivos quirúrgicos y en una serie de aplicaciones donde los movimientos flexibles sean necesarios.