Las emisones de energía de los agujeros negros pueden transformar planetas gaseosos en masas sólidas como la Tierra. Así lo ha confirmado una investigación llevada a cabo por el Centro de Astrofísica Harvard Smithsonian, en California, y la Northwestern University, en Illinois. Se trata de núcleos conocidos como supertierras, que en ocasiones superan el tamaño de nuestro planeta.
Los agujeros son un tema que siempre ha generado gran intriga, a la vez que disparidad de opiniones. La lejanía de estos lugares invisibles del espacio cósmico que, según la teoría de la relatividad, absorben por completo cualquier materia o energía situada en su campo gravitatorio, constituye todavía todo un misterio para la ciencia. Sin embargo, poco a poco, vamos conociendo más detalles sobre su influencia en el entorno.
Ahora, investigadores del Centro de Astrofísica Harvard Smithsonian, en California, y la Northwestern University, en Illinois, han demostrado que planetas gaseosos como Neptuno cercanos al centro de la Vía Láctea se han transformado en mundos sólidos y rocosos similares a la Tierra, Marte o Venus. Este proceso se ha debido a emisiones de energía del agujero negro que ocupa el centro galáctico.
El hallazgo, que fue recientemente publicado en la revista The Astrophysical Journal Letters, se ha llevado a cabo gracias a la combinación de simulaciones informáticas con datos del descubrimiento de exoplanetas y observaciones en rayos X y ultravioleta de numerosas estrellas y agujeros negros. Uno de ellos fue Sagitario A*, el agujero negro de cuatro millones de masas solares localizado en el centro de la Vía Láctea.
Asimismo, la investigación descubrió que los rayos X y la radiación ultravioleta podrían eliminar gran parte de la atmósfera gaseosa de esos mundos, e incluso eliminarla por completo, dejando a la vista sus núcleos rocosos. A estos núcleos se les conoce como supertierras, y en ocasiones superan el tamaño de nuestro planeta.
Las formas de vida no podrían sobrevivir en ese entorno
Howard Chen, director de la investigación, ha asegurado al respecto que «resulta descabellado pensar que los agujeros negros puedan configurar el destino evolutivo de un planeta, pero ese puede ser el caso de lo que sucede en el centro de nuestra galaxia».
Cabe señalar que el entorno en el que se encuentran estos planetas supone un desafío insuperable para cualquier forma de vida. Las explosiones y los estallidos de rayos gamma dañarían la química de cualquier atmósfera que pudiera conservar su atmósfera. Además, los sucesivos estallidos del agujero negro acabarían destruyendo por completo cualquier atmósfera superviviente. Se trata, sin duda, de un hallazgo de los más interesantes, que ilustra la enorme capacidad de violencia y fuerza que emerge de los agujeros negros.