La impresión 3D podría servir para reparar objetos del hogar y fabricar utensilios variados, lo que a final de año podría constituir un ahorro significativo.
Ahorrar usando una impresora 3D hasta 2.000 dólares (1.514 euros) al año es posible, según un estudio llevado a cabo por investigadores de la Michigan Technological University. Por supuesto, para ello habría que invertir primero en una máquina de estas características, pero los precios han bajado hasta tal punto que es posible hacerse con una por alrededor de 300 euros. A partir de ahí, utilizando diseños subidos a Internet y de código abierto, las posibilidades de ahorrar se multiplican.
El mayor desembolso sería la compra de la impresora 3D, si bien el abaratamiento de la tecnología ha llevado a que existan modelos que van desde los aproximadamente 300 euros a los 1.500 euros. De hecho, el proyecto RepRap ha creado una serie de máquinas de código abierto y de bajo coste, que incluso se pueden adquirir por piezas para ser montadas por el propio comprador. Precisamente una de éstas fue la que utilizaron los investigadores de la Michigan Technological University, cuyo precio fue de 575 dólares (435 euros).
También usaron 20 diseños disponibles online para los objetos que fabricarían, un total de 20, pues calcularon en esa cantidad los que una familia media construiría en un año (todo ello circunscrito a Estados Unidos, donde se realizó el estudio). Los investigadores calcularon el precio del plástico y la electricidad, para después compararlo con los productos que se pueden encontrar a la venta, tanto los de alta calidad como los de precio más bajo.
A partir de ahí calcularon cuánto se podría ahorrar con una impresora 3D en un hogar. El precio de los objetos impresos en tres dimensiones es considerablemente menor que el de los que se venden en tiendas. Y no sólo eso, sino que muchas cosas se podrían reparar en lugar de desecharlas y comprar otras nuevas. Tras una serie de experimentos y mediciones, los investigadores concluyeron que el ahorro estaría entre los 294 dólares y los 1.926 dólares (de 222 a 1460, en euros), según se hubieran escogido unos u otros productos para comprar.
Ahorrar usando una impresora 3D pagando sólo plástico y electricidad
Algunos de los artículos que se reprodujeron en el estudio fueron un cabezal de ducha, que costó 2,53 dólares (2,5 dólares por el plástico y 3 céntimos por la electricidad) o una carcasa de iPhone, lista por 27 céntimos. El primer objeto podría haberse comprado sólo en tiendas de 8 a 437 dólares. Pese a lo exagerado de este último precio, si tomamos la referencia más baja, ésta sigue siendo tres veces más cara que la opción ‘do it yourself’.
A estos se le sumaron otros objetos cotidianos, como utensilios de cocina. Imprimir los 20 diseños llevó 25 horas y costó 18 dólares en plástico y electricidad. Ni que decir tiene hay productos en los que se podría ahorrar más dinero que en otros. Los investigadores han puesto como ejemplo la fabricación de unas plantillas ortopédicas hechas a medida. En el mercado, siempre hablando de precios en Estados Unidos, podrían costar entre 500 y 800 dólares. Hacerlos mediante impresión 3D no es fácil, ya que requiere de un equipamiento suplementario, como es un escáner 3D para grabar la forma del pie, pero a partir de ahí se pueden producir copias por 2 dólares.
Imagen: juhansonin