Ajustes básicos para grabar vídeos profesionales con tu DSLR

Debido a la versatilidad y el precio de las cámaras réflex, cada vez más usuarios optan por ellas para la producción de sus vídeos. Aunque una DSLR difícilmente permitirá trabajar con la misma funcionalidad y comodidad que una cámara profesional de vídeo, existen algunos parámetros básicos que nos asegurarán obtener unos **resultados profesionales**.

Hasta hace poco, la grabación de vídeos en cámaras de fotos digitales era una función secundaria. No obstante, en los últimos años, muchos usuarios se han visto atraídos por la versatilidad y el precio de las cámaras réflex y han encontrado en ellas una opción muy válida para la realización de vídeos de calidad. Este cambio de mentalidad ha ido paralelamente correspondido por parte de las principales marcas con considerables mejoras en la grabación de vídeo de los modelos.

Así, los sensores y procesadores actuales, junto a la posibilidad de usar objetivos intercambiables en equipos de peso y tamaño reducido, han conseguido que explote un mercado nuevo.
Aunque una cámara réflex difícilmente permitirá trabajar con la misma funcionalidad y comodidad que una cámara profesional de vídeo, existen algunos parámetros básicos que nos asegurarán obtener unos resultados profesionales. A continuación, recogemos los ajustes más importantes para configurar tu DSLR de modo que puedas grabar «vídeos de cine».

Resolución

Antes de empezar un proyecto hay que elegir la resolución y la velocidad de los fotogramas con la que vamos a trabajar. Por lo general, en la actualidad se suele grabar con una resolución Full HD de 1920×1080. Aunque un gran número de cámaras incluye ya la posibilidad de grabar vídeos en 4K, a veces esta opción no resulta tan práctica. Esto se debe a que la mayoría de monitores y televisores no cuentan todavía con esa resolución de pantalla, lo que hace que trabajar con archivos tan pesados no merezca la pena. Sin embargo, si grabásemos en 4K para posteriormente editar en 1.920×1.080 tendríamos la ventaja de poder reencuadrar los planos sin perder prácticamente resolución. Se trata de una elección personal, pero el enorme tamaño de los archivos 4K hace que optar por el Full HD sea, de momento, más práctico.

Perfil de imagen

Uno de los primeros ajustes que tenemos que hacer consiste en asignar el perfil o estilo de imagen que vamos a utilizar. Por lo general. las cámaras cuentan con una serie de perfiles que varían el color y el contraste según en el fin que busquemos. En el caso de la grabación de vídeos lo ideal es elegir un perfil neutro que sea lo más plano posible. Es decir, que tenga los parámetros de contraste, saturación, etc., en el nivel más bajo. Esto nos permitirá trabajar mejor cuando etalonemos los brutos en el programa de edición, y conseguir así una apariencia más cinematográfica.

Velocidad de fotogramas

La velocidad de fotogramas con la que grabemos también va a ser determinante para el look que queramos darle a nuestro vídeo. Dependiendo de la finalidad de nuestro trabajo optaremos por una u otra. Los frame rates más frecuentes con los que cuentan las DSLR son 24, 25, 30, 50 y 60 fps, aunque esto depende completamente de cada modelo. El estándar en cine son 24 frames por segundo, por lo que optaremos por esta velocidad de fps si queremos conseguir una estética similar a la de la gran pantalla. Por su parte, 25 y 30 fotogramas por segundo están más orientados a la grabación de vídeos para televisión, siendo 25 fps el estándar televisivo europeo con el sistema PAL, y 30 fps el de la televisión estadunidense con el sistema NTSC.

Por último, las velocidades de 50 fotogramas por segundo hacia arriba se utilizan normalmente para producir vídeo en slow motion. Al tener tanta información en los clips, es posible crear vídeos en cámara lenta sin saltos, es decir, con movimientos suaves y estéticos. Se trata de un recurso muy utilizado y que generalmente redunda en grandes resultados.

Obturación

Otro de los parámetros, sin duda, más importantes para vídeos de calidad con tu DSLR es la configuración apropiada de la velocidad de obturación, que va estrechamente ligada a la velocidad de los fotogramas. Para terminar de lograr la apariencia cinematográfica es necesario respetar la regla de los 180 grados, que consiste en ajustar el obturador al doble de la velocidad de fotogramas por segundo que estemos utilizando. Por ejemplo, si estamos grabando a 25 fps, tendremos que ajustar el obturador a 1/50 segundos. Esto nos permite obtener movimientos de imagen similares a los del cine y se aplica a todos los frame rates. Por lo tanto, las velocidades equivalentes son las siguientes:

  • 24fps = 1/48
  • 25fps = 1/50
  • 30fps = 1/60
  • 50fps = 1/100
  • 60fps = 1/120

En el caso de 24 fps, como las DSLR no permiten poner el obturador a 1/48, se utiliza en su defecto 1/50.

El inconveniente de todo esto es que solo contaremos con la apertura, el ISO y los filtros para regular la exposición, lo que dificulta el trabajo cuando se graba en entornos de mucha luz.

Enfoque manual

Otra de las claves de la grabación de vídeo en cámaras réflex es la manera de enfocar. A diferencia de cuando tomamos fotografías, en el caso de los vídeos el enfoque manual debe ser la norma. Resulta imprescindible ganar experiencia en el enfoque manual de cara a realizar tomas de sujetos en movimiento. Hay que prestar especial atención cuando trabajamos con el diafragma muy abierto, lo que hace que la profundidad de campo se reduzca considerablemente y sea más difícil lograr nitidez. Algunos modelos de DSLR incluyen tecnologías de seguimiento de enfoque, aunque éstas a veces no resultan demasiado precisas y conviene mantenerse en el modo manual.

Estabilización

La estabilización es también un aspecto que terminará de hacer que tus vídeos tengan una apariencia profesional. La suavidad y la fluidez de los movimientos serán determinantes para ello. En este sentido, conviene adquirir un trípode o un monopié que nos facilite el trabajo. Algunas lentes y cámaras cuentan con tecnologías de estabilización predeterminada, pero, aunque pueden dar muy buenos resultados, siempre será mejor contar también con herramientas externas. Los programas de edición también incluyen la posibilidad de añadirle estabilización a los clips, pero esto solo suele ser efectivo cuando el movimiento es ligero. Por esta razón, es mejor asegurarse una buena estabilización a la hora de grabar el vídeo, que esperar a la edición para corregir sacudidas.

Sonido

Por último, una cuestión que determinará la calidad de tu vídeo de manera capital es el audio. Hay que partir de la base de que el sonido que graba el micrófono de las cámaras réflex es en la inmensa mayoría de los casos de muy baja calidad. Para asegurarnos de que el sonido del vídeo estará a la altura de la imagen resulta necesario contar con un micrófono externo. Afortunadamente, casi todas las DSLR cuentan con una entrada de línea auxiliar tipo mini jack. De esta forma, podremos conectar el micrófono a la cámara, que pasará a capturar el sonido a través de éste. Por lo general estos micros incorporan además una rótula que permite fijarlos a la zapata para el Flash, lo que hace más cómodo trabajar con ellos. En este sentido, los más habituales son los micrófonos Rode y las grabadoras Tascam y ZOOM.

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