El volumen de información digital que existe actualmente es enorme. Día a día creamos más y más datos. Esta realidad nos plantea el desafío de cómo guardar este acervo de información digital. Pero, en medio de todo esto, nace el almacenamiento de datos en ADN, una alternativa a los discos duros tradicionales. Conoce más sobre esta tecnología y el primer libro de este tipo que puedes comprar.
Respuesta de vanguardia a un problema moderno
Se estima que la cantidad de información digital que existe en el mundo alcanza los diez trillones de gigabytes (GB). Gran parte de estos datos se alojan en espacios físicos, que acarrean gastos de construcción y mantenimiento.
Hoy, el ADN puede ser una solución alternativa de almacenamiento de datos. La molécula que contiene nuestra información genética también puede alojar otro tipo de información. De acuerdo con Mark Bathe, profesor de ingeniería biológica del Massachussets Institute of Technology (MIT), “el ADN es mil veces más denso que incluso la memoria flash”. Así, es una opción atractiva en comparación con métodos tradicionales de almacenamiento (Trafton, 2021).
Ventajas del almacenamiento de datos en ADN
Además de su densidad, el ADN ofrece también mayor durabilidad. Se calcula que es al menos 300 veces más duradero que las cintas magnéticas más estables (Wyss Institute, s.f.). Igualmente, provee una estabilidad extrema (Trafton, 2021).
Por otro lado, es eficiente en términos energéticos. El profesor Bathe señala que “una vez se crea el polímero de ADN, no consume energía. Puedes escribirlo y guardarlo para siempre” (Trafton, 2021).
Cómo funciona el almacenamiento de datos en ADN
Las moléculas de ADN están hechas de cuatro nucleótidos o bases, que son: adenina (A), timina (T), guanina (G) y citosina (C). La síntesis de ADN organiza estas bases en secuencias específicas para generar códigos que indican a un organismo cómo formarse. Adicionalmente, en la síntesis de ADN es posible leer las secuencias, además de escribirlas. Ya se ha aplicado en medicina y farmacéutica, por ejemplo (Ionkov y Settlemyer, 2021).
El código de cuatro letras del ADN brinda un entorno compatible con el código binario (Wyss Institute, s.f.). Los datos almacenados de esta forma se leen con una máquina secuenciadora, que determina el orden del código (Mullin, 2025).
Recientemente, la editorial especializada en ciencia y tecnología Asimov Press puso a la venta un libro escrito en ADN. La obra es una compilación de nueve ensayos y tres textos de ciencia ficción. Está disponible en cápsulas de acero inoxidable, así como en ejemplares físicos tradicionales (The Editors, s.f.).
El primer libro escrito en ADN a la venta
Previamente, ya se han sintetizado otras obras en ADN. La primera fue “Regénesis”, de George Church y Ed Regis. Posteriormente, sonetos de Shakespeare fueron almacenados así. Pero la antología de Asimov Press es el primer libro creado mediante almacenamiento de datos en ADN que ha sido comercializado en la historia. Existen mil copias, que están en preventa por un valor de 60 dólares (The Editors, s.f.).
La editorial tuvo tres aliados para lograrlo (The Editors, s.f.):
- CATALOG, una empresa estadounidense de computación de ADN que sintetizó y armó la secuencia.
- Imagene, de Francia, que empacó las moléculas en cápsulas de acero inoxidable para preservarlas.
- Plasmidsaurus, también de Estados Unidos, que leyó la secuencia y la publicó en línea.
CATALOG creó aproximadamente 500 mil moléculas únicas de ADN para codificar las 240 páginas del libro. En total, la obra equivale a 481.280 bytes de datos (The Editors, s.f.). El método utilizado se asemeja a la imprenta de Gutenberg. La compañía formuló un alfabeto de piezas de ADN, que puede organizarse para representar bits. Entonces, las produce en masa y las codifica con información mediante enzimas (Mullin, 2025).
El futuro del almacenamiento de datos en ADN
Uno de los obstáculos centrales del almacenamiento de datos en ADN es su costo. Se estima que sintetizar un millón de gigabytes de datos cuesta un trillón de dólares actualmente. Mark Bathe, del MIT, calcula que el costo de la síntesis de ADN tiene que disminuir seis veces para competir con el almacenamiento en cinta magnética.
Otro problema es la dificultad para distinguir un dato de otro cuando han sido escritos en ADN. No obstante, ya se están produciendo avances para sortearla. En MIT, han encapsulado archivos individuales en partículas de sílice de 6 micrómetros. Estas se etiquetan con secuencias cortas de ADN que revelan el contenido (Trafton, 2021).
A pesar de este reto, el almacenamiento de datos en ADN es tremendamente prometedor para conservar con eficiencia información de archivo que no se consulte frecuentemente (Mullin, 2025).
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