Almacenar energía en minas abandonadas

Cómo usar minas abandonadas para almacenar energía de manera sostenible

Aunque todavía no hemos llegado al momento deseado, hemos avanzado mucho en la producción de energía mediante métodos sostenibles o menos contaminantes. La inversión en energía solar y eólica ha crecido mucho en los últimos años. Pero queda un asunto pendiente: ¿cómo almacenar la energía sobrante para cuando no haya sol ni viento?

De un tiempo a esta parte, ya se están usando baterías de ion litio para almacenar esa energía. Las mismas que usamos en dispositivos móviles y en automóviles eléctricos. Pero a pesar de que pueden conectarse y crear baterías gigantes en forma de armarios, siguen teniendo sus limitaciones en cuanto a eficiencia y durabilidad. Es decir, que no son viables, de momento, a gran escala.

Así que se sigue investigando desde distintos lugares del planeta en busca de una manera de almacenar energía para lograr la independencia completa a nivel energético. Si ya hay países que logran generar su energía de fuentes sostenibles, el siguiente paso es lograr guardarla para cuando sea necesaria. Y así no depender de los países vecinos o de fuentes contaminantes. Y una de esas alternativas de almacenamiento es muy tradicional. Mediante métodos mecánicos. Y en minas abandonadas.

Baterías de gravedad: almacenar energía en caída libre

Minas abandonadas subterráneas como almacenes energéticos. Esta posibilidad es la que baraja el Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados, por sus siglas IIASA. una organización de investigación científica con sede en Austria. En uno de sus muchos informes, ha llegado a la conclusión que este tipo de método de almacenamiento de energía permitiría satisfacer la demanda mundial durante un día entero.

El método se conoce como batería de gravedad. A diferencia de las baterías actuales que emplean procesos electroquímicos. Una reacción química libera energía eléctrica. Lo vemos en las pilas domésticas y en las baterías de nuestros teléfonos, ordenadores, tabletas o automóviles. Tal y como explica Iberdrola en su página oficial: “los iones de litio se mueven desde el ánodo hasta el cátodo a través de un electrolito, dando lugar a la diferencia de potencial que produce la corriente (eléctrica). Cuando se carga la batería, los iones de litio vuelven al ánodo”.

Las baterías gravitatorias o de gravedad emplean un sistema mecánico que levanta un peso a partir de la electricidad producida mediante energías renovables. La energía sobrante que queremos almacenar. Cuando se necesita electricidad, el peso se deja caer, alimentando un generador que produce esa electricidad requerida. Se trata de una estrategia relativamente sencilla y que se desarrolló por primera vez en la primera mitad del siglo XX. Más concretamente en Suiza en 1907. 

Hoy en día podemos encontrar baterías de gravedad en países como Suiza, Reino Unido, Alemania o Estados Unidos. Empresas como Gravity Power o Gravitricity promueven este tipo de tecnología con distintas variaciones. Por ejemplo, empleando agua bombeada que se deja caer generando electricidad. Si bien no es un método muy popular a pesar de sus muchas ventajas.

Las baterías de gravedad permiten almacenar y generar energía con métodos mecánicos

Minas abandonadas reconvertidas en baterías gravitatorias

Las baterías de gravedad o gravitatorias pueden instalarse a plena luz del día, lo que llama la atención por su altura. Pero normalmente se construyen bajo tierra. De esta manera el impacto es menor allí donde se colocan y pueden integrarse en granjas, fábricas u otras instalaciones en en la superficie. De ahí que las minas abandonadas sean lugares adecuados para instalar este tipo de tecnología.

Conocido como almacenamiento subterráneo de energía por gravedad, en inglés Underground Gravity Energy Storage (UGES), este novedoso sistema aprovecha las instalaciones de las minas abandonadas. Es decir, los ascensores de las mismas. Servirían para subir y bajar contenedores llenos de arena “convirtiendo la energía potencial de la arena en electricidad mediante frenado regenerativo y, a continuación, elevando la arena de la mina a un depósito superior utilizando motores eléctricos para almacenar energía”. Y como las minas son profundas, la distancia de caída de los pesos permitiría generar una gran cantidad de electricidad.

“Los principales componentes de los UGES son el pozo, el motor/generador, los depósitos superior e inferior y el equipo de extracción. Cuanto más profundo y ancho sea el pozo, más energía podrá extraerse de la planta, y cuanto mayor sea la mina, mayor será la capacidad de almacenamiento de energía de la planta”.

El principal escollo para implementar esta tecnología es que es muy joven y es poco conocida. Así que es más probable encontrar inversores en áreas como la energía solar o eólica que en las baterías gravitatorias, desconocidas por el gran público. Además, requiere de una inversión inicial para reconvertir las instalaciones de las minas abandonadas. Razones de peso a pesar de las ventajas de recuperar una infraestructura en desuso.

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