Los smartphones que usamos cada día en la actualidad funcionan gracias a un invento de hace casi 200 años.
El giroscopio es uno de los mejores ejemplos de cómo un invento del Siglo XIX sigue estando vigente en nuestros días. El físico francés León Foucault empleó el giroscopio en 1852 para demostrar la rotación de la Tierra y años más tarde, gracias a la invención del girocompás, consiguió indicar el Norte.
Posteriormente, el giroscopio mecánico ha tenido numerosas aplicaciones industriales, como servir de sistema de guía para torpedos y como sistema de navegación incercial en aviones. El efecto giroscópico ha llegado hasta nuestros días como un principio de gran utilidad en industrias tecnológicas e innovadoras.
Detecta la orientación de la pantalla
En la actualidad, aprovechamos las múltiples aplicaciones del giroscopio gracias a un sensor de tipo eléctrico. A diferencia del giroscopio mecánico tradicional, este está perfectamente integrado en los dispositivos móviles permitiendo la viabilidad de diversas funcionalidades imprescindibles hoy en día.
La funcionalidad más básica del giroscopio es la de permitir a los dispositivos móviles detectar la orientación de la pantalla, así como registrar la aceleración del movimiento. Un gesto tan sencillo y cotidiano como la rotación automática de la pantalla no sería posible sin este sensor.
La tecnología de los móviles actuales permite combinar el giroscopio con el acelerómetro, multiplicando así las posibilidades de aplicación. El resultado son unos dispositivos con capacidad para detectar los cambios de posición y medir los movimientos con precisión para conseguir que el sistema operativo responda a las señales emitidas.
Una sensación de inmersión completa
Es por ello por lo que algunas de las aplicaciones más innovadoras de los smartphones tienen su punto de partida en un invento centenario como es el giroscopio. El sensor es imprescindible para que la realidad virtual y la realidad aumentada funcionen tal y como las conocemos, y nos permitan desplazarnos en el mundo virtual, que el móvil responda a todos nuestros movimientos y que la sensación de inmersión sea completa.
Otras de las aplicaciones más populares basadas en el giroscopio son los vídeos en 360 y las fotos panorámicas y 3D.
La clave para su funcionamiento, al igual que en el caso de los juegos móviles, es que se trata de aplicaciones basadas en la mecánica de movimiento, y el sensor permite la viabilidad de la rotación y los giros del dispositivo.