El sector tecnológico no deja de invertir en realidad virtual. Se trata de una de las tecnologías con mayor proyección de crecimiento. Y es que, según IDC Research, la inversión en realidad virtual se multiplicará por 21 en los próximos 4 años.
Lo que vemos actualmente sobre realidad virtual y realidad aumentada es solamente el principio. Grandes empresas del sector tecnológico como Microsoft, Samsung o Google, entre otras, trabajan para protagonizar el siguiente gran paso en esta tecnología. Son conscientes de que, a día de hoy, todavía hay que mejorar. De hecho, las últimas previsiones de IDC Research España señalan que la inversión en realidad virtual se multiplicará por 21 en los próximos 4 años.
Actualmente, buscamos que se produzca una evolución con el objetivo de conseguir aplicaciones más allá del ocio, turismo o marketing. Por ejemplo, realidad virtual vinculada a la educación o incluso a la medicina. Ya te contamos hace unos meses cómo el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) había conseguido que, gracias a un tratamiento con realidad virtual, los efectos del Párkinson disminuyeran en varios pacientes.
También hemos visto cómo se está utilizando realidad virtual en el ámbito militar o en el sector industrial. Las fábricas comienzan a dar sus primeros pasos con los llamados ‘Digital Twin’, gemelos digitales de objetos físicos con los que los operarios pueden practicar y testear en un mundo virtual. Esta técnica será clave en la Industria 4.0.
Además, ha surgido la llamada realidad distribuida. Un híbrido entre realidad virtual y aumentada que ya experimentamos en Segovia, donde Telefónica, en colaboración con Nokia y Samsung, celebró un evento inmersivo en el que trasladó virtualmente al usuario a diversos escenarios mientras degustaba una serie de tapas. Una nueva forma de vivir la gastronomía.
Sin embargo, aunque veamos que la realidad virtual cada día tiene más aplicaciones, nos tenemos que detener y pensar qué es lo que realmente necesita esta tecnología. A día de hoy, prima la necesidad de producir más dispositivos y una mejora de estos. Además, todavía tienen un precio demasiado elevado y no hay muchos contenidos. Sin embargo, si existe una capacidad esencial en el futuro de la realidad virtual, esa es la conectividad.
El 5G es esencial para la evolución de la realidad virtual
El estándar 5G es esencial para que la realidad virtual siga creciendo y evolucionando. ¿Qué aporta el salto a esta quinta generación de red a esta tecnología? Gracias a las grandes capacidades técnicas del 5G podremos conectar más dispositivos, enormes comunidades de usuarios, y aprovechar su baja latencia, que es esencial para la experiencia de usuario.
Este último beneficio, la casi imperceptible latencia que nos proporciona el 5G, es clave para este tipo de tecnología. Un ejemplo de esto fue la experiencia que realizó Telefónica con Pedro Delgado, que vivió una experiencia inmersiva con vídeo en tiempo real muy interesante.
Fue capaz de mantener el equilibrio con unas gafas de realidad virtual gracias a que las imágenes eran transmitidas a través de la red pre-5G y recibidas en cuestión de milésimas de segundos. Su baja latencia hacía que Pedro Delgado recibiera imágenes en su casco casi en tiempo real, por lo que ni siquiera notaba que no estaba viendo por sus propios ojos.
Necesitamos gafas con autonomía y mayor calidad
Según Gartner, alrededor del 60% de los usuarios demanda gafas con mayor autonomía e imágenes con más calidad. No queremos estar atados a un ordenador y ver imágenes que no estén en HD. En Google han recogido estas demandas y han comenzado a trabajar en gafas de realidad virtual en 8K.
Además, empresas como Qualcomm están creando chips y procesadores mucho más potentes para conseguir gafas de realidad virtual más completas. Incluso se habla de que en los próximos años se integrará Inteligencia Artificial.
