Acercamos Arte, ciencia y tecnología en VIDA, un certamen creado por Fundación Telefónica para apoyar la investigación en materia de vida artificial
Las relaciones entre el arte, la ciencia y la tecnología siempre han existido pero en el momento presente, inmersos como estamos en la revolución digital, parece que se estrechan aún más. Vivimos en un mundo en el que se entrelaza lo real y lo virtual, dando así lugar a la realidad híbrida en la que nos movemos. Mientras que la sociedad se adapta a estos ritmos, el arte anticipa las tendencias y los autores emergentes. Así, Arte, ciencia y tecnología en VIDA alcanzan un punto de encuentro.
A la vez, científicos, artistas y pensadores debaten sobre los fundamentos de los procesos vivos a través del comportamiento, la autonomía, la adaptación al medio y la evolución.
Consciente de la existencia de estos escenarios de vanguardia, Fundación Telefónica creó el certamen VIDA para apoyar la excelencia en la investigación artística de la vida artificial.
A lo largo de sus catorce años de existencia –la primera edición tuvo lugar en 1999–, VIDA se ha convertido en uno de los concursos más prestigiosos del mundo del arte y el único en el mundo dedicado al estudio de la vida a través de una labor de fomento y estímulo en un ámbito en el que el arte, la ciencia y la tecnología convergen.
Su objetivo es apoyar proyectos artísticos que aporten visiones novedosas sobre la vida mediante el uso de las tecnologías y el pensamiento científico, que expresen la complejidad de la organización de los sistemas vivos y que ofrezcan desafíos a los modos actuales de entender la vida.
El certamen promueve el debate sobre las relaciones entre lo natural y lo artificial, favoreciendo propuestas artísticas que inviten a un conocimiento mayor del medio natural y que planteen dilemas creativos y ecológicos.
De esta forma, entre los proyectos ganadores de las ediciones pasadas nos encontramos desde autómatas a ecosistemas virtuales, desde artefactos destinados a la protección y el cuidado del medio ambiente hasta experimentos realizados sobre seres vivos. Las más de cien obras premiadas a lo largo de la historia de VIDA pueden visitarse en línea.
A continuación destacamos algunas de las propuestas más espectaculares o curiosas:
Hylozoic Soil (Terreno hilozoico) de Philip Beesley y Rob Gorbet es un bosque artificial, que construido con un intricado entramado de diminutas baldosas acrílicas transparentes, reacciona con movimiento ante el visitante que se adentra en su interior gracias a una red de sensores distribuidos, que son activados por docenas de microprocesadores.
Autopoiesis es una instalación en forma de esculturas robóticas encargada por el Museo Kiasma de Helsinki, Finlandia, para Outolay, la Exposición de Inteligencia Artificial (Alien Intelligence) 2000, dirigida por Erkki Huhtamo. Está formada por quince esculturas robóticas con sonido que interactúan con el público y que modifican su comportamiento a medida que avanza el tiempo. Estos cambios de comportamiento se producen a partir del feedback que recogen los sensores de infrarrojos que incorporan, la presencia de los espectadores en la exposición y la comunicación que se establece entre las distintas esculturas.
Por otra parte, Ocular Revision de Paul Vanouse se basa en un aparato circular (en vez de rectangular) de electroforesis en gel que utiliza la corriente eléctrica para separar el ADN en el gel. En este caso, el ADN no se desplaza linealmente de un extremo a otro del aparato como en la versión habitual, sino desde el perímetro hacia el centro del equipo. El resultado es la visualización del ADN como un flujo o floración.
En el terreno de la ecología, Protei es una flota de buques autónomos de recogida de vertidos de petróleo. Cada buque Protei consta de una cabeza de propulsión de navegación y una larga cola que absorbe el petróleo. Si un derrame de petróleo se desplaza en la dirección del viento, Protei navega contra el viento para capturar el petróleo en los sucesivos pliegues de su larga cola. Los buques Protei están equipados con una botavara convencional que absorbe el petróleo. Esta botavara puede recoger hasta 25 veces su propia masa de petróleo, que se puede reutilizar.
Dog|LAB] 01 de France Cadet es un montaje que incluye siete perros robot autónomos que han sido pirateados, reprogramados y transformados hasta convertirse en animales transgénicos o quimeras. Tanto por el comportamiento como por la apariencia externa, estos perros son híbridos de diferentes especies de animales (perros, gatos, vacas, cerdos, camaleones, medusas…) e incluso de humanos. Cada robot tiene una placa de identificación con su nombre, características y origen genético. Son animales híbridos autónomos. Evolucionan en la alfombrilla de hierba artificial sobre la que están colocados para que podamos observar cómo se comportan.
Por último, Plantas Nómadas de Gilberto Esparza es una especie biorobótica, conformada por diversos organismos simbióticos que sobreviven en ambientes afectados por la contaminación del agua. Está constituida por un sistema robótico, un conjunto de celdas microbianas, y una especie vegetal que habita en el cuerpo del robot. Con su comportamiento autónomo pueden adaptarse al medio ambiente.