La aviación supone un 2% en la emisión de gases de efecto invernadero a escala mundial. Una cifra que puede parecer pequeña pero que implica toneladas de CO2 como consecuencia de utilizar combustibles fósiles en grandes cantidades. Y aunque la pandemia de COVID parecía que iba a cambiar nuestros hábitos de viaje, este año se han sucedido varios récords de número de aviones en el aire al mismo tiempo. Para remediar esta situación, hace años que el sector aeronáutico investiga alternativas más sostenibles. Un ejemplo de ello, el avión eléctrico de Airbus.
Bautizado con el nombre de EcoPulse, se trata de una avioneta que sirve de objeto de pruebas para, en el futuro, aplicar los conocimientos aprendidos en los grandes aviones de Airbus. Algo similar a lo que vimos recientemente con los aviones eléctricos que diseña la NASA. Una manera de encontrar las claves necesarias para reconvertir los aviones en eléctricos como ya estamos viendo en el sector de los automóviles.
Sin embargo, la principal dificultad está en que no es lo mismo empujar un objeto por tierra que hacerlo volar durante horas. Y la cosa se complica todavía más cuando ese objeto lleva miles de personas en su interior y toneladas de carga. Por el momento, Airbus trabaja en una nueva línea de aviones sostenibles llamada Airbus ZEROe basada en el hidrógeno líquido como combustible. Pero el futuro es eléctrico.
El avión eléctrico de Airbus
En palabras de Airbus, “EcoPulse es un avión de demostración de propulsión híbrida distribuida desarrollado en colaboración con Dahler y Safran. Airbus aporta tecnología de baterías y modelado aerodinámico a este proyecto, cuyo objetivo es aprovechar las ventajas de la propulsión distribuida para mejorar el rendimiento del avión”.
“La propulsión distribuida es un sistema que funciona repartiendo la generación de empuje entre muchos pequeños motores distribuidos a lo largo de la envergadura. Al minimizar la potencia de cada propulsor y, en consecuencia, su masa, la propulsión distribuida podría abrir un abanico de posibilidades para mejorar el rendimiento de los aviones”.
Es decir. Que con este avión eléctrico de Airbus no solo se trata de encontrar una alternativa al combustible fósil actual. También buscan que los aviones ofrezcan un rendimiento igual, o mejor, con un menor consumo. Tanto en el despegue y aterrizaje como durante el vuelo. Y para ello quieren abandonar los gigantescos motores actuales por un sistema distribuido más eficiente.
Pero para ello tienen que superar varios retos, como reducir el ruido en cabina al emplear varias hélices o hacer las aeronaves más aerodinámicas para ahorrar más energía. Entre las actuaciones más destacables del equipo detrás de este avión, está el sistema eléctrico que reparte la energía o las baterías en sí mismas, de alta densidad. Y que, además, cumplen con la normativa medioambiental de la Unión Europea.
Airbus también destaca que la rotación de las hélices de su avión está controlada digitalmente. Y permite sincronizar cada hélice con la que tiene a su lado para minimizar el ruido y las vibraciones. Y en cuanto a los sistemas integrados de vuelo, los motores están controlados individualmente por el ordenador de control de vuelo, desarrollado por Airbus. Éste realiza tareas de control lateral y de control de velocidad. Eso reduce la resistencia de la aeronave y reduce su peso al necesitar menos componentes, como el timón de cola o alerones.
Los primeros vuelos de EcoPulse
Lo último que hemos podido saber de este proyecto, en el momento de escribir estas líneas, es que en junio de este año, el avión eléctrico de Airbus, EcoPulse, se pudo ver y tocar en el Paris Airshow. Es el Salón Internacional de la Aeronáutica y el Espacio que se celebra en el Aeropuerto de Le Bourget, cerca de París, y en el que participa la industria aeroespacial francesa e internacional. La francesa Airbus no podía faltar a la cita. Y entre sus principales demostraciones, mostró al gran público su avión eléctrico, cuyo proyecto empezó en 2019.
EcoPulse está basado en una avioneta modificada Daher-Socata TBM 900 turbopropulsada. Entre las modificaciones, cuenta con seis motores eléctricos de 50 kW de Safran alimentados por baterías de iones de litio. Y aunque ya ha realizado varios vuelos de prueba para hacer ajustes y correcciones al diseño original, su primer vuelo oficial está programado para finales de 2023.
A los retos técnicos hay que añadir las muchas pruebas y normativas de seguridad. Todo debe funcionar como un reloj y hay muchos aspectos a cuidar, tanto dentro como fuera del avión. Con todo, el proyecto de avión eléctrico de Airbus parece ir a buen pie. Por lo que a partir de esta avioneta de pruebas se podría ir hacia un modelo de aviones comerciales de grandes dimensiones basado en baterías eléctricas. Pero para ello tendremos que seguir esperando. Precisamente, 2050 es la fecha límite que se ha impuesto el sector de la aviación para lograr cero emisiones netas. Y queda mucho por hacer.