El planeta se enfrenta a un gran problemas de abastecimiento. Las reservas de gasolina para los coches de combustión no paran de disminuir, pero tampoco se dispone de material para fabricar baterías para coches eléctricos. Los fabricantes de coches eléctricos tendrán un problema a la hora de conseguir materiales necesarios para su construcción, en concreto, el cobalto.
En torno al 60% del cobalto mundial proviene de la República Democrática del Congo, donde los temores sobre la inestabilidad política y los desafíos del abastecimiento ético se combinan poniendo en peligro el suministro.
Los mayores depósitos mundiales conocidos se encuentran en el llamado cinturón cuprífero centroafricano: República del Congo, Zambia, Zimbabue y Uganda, según Xakata.
La Federación de Industrias Alemanas lleva tiempo avisando de que pronto habrá una escasez de materias primas ante la creciente demanda de este metal. La falta de materiales como cobalto, cobre, grafito, litio o manganeso provocará un parón en la industria eléctrica, hasta que haya alternativas viables.
El precio de este escaso material se sitúa en unos 91.000 dólares por tonelada métrica, siendo los fabricantes de coches, ordenadores y teléfonos móviles las principales industrias consumidoras de cobalto.
Tal es la necesidad de cobalto, que ha hecho renacer al pueblo canadiense de Cobalt, en Ontario. En octubre de 2017 Bloomberg se hacía eco de la historia de este lugar de 1.100 habitantes calificado como pueblo fantasma, que ha vuelto a renacer gracias a sus yacimientos del metal.
¿Por qué es tan valioso?
La baterías se producen principalmente con litio, en aleación con otro materiales que permiten que las baterías sean más duraderas. El cobalto tiene la cualidad de potenciar las propiedades de otros metales como el litio, lo que hace que sea tan necesario.
El principal productor de cobalto en el mundo es la RDC, que se encuentra en una situación de inestabilidad política, lo que sitúa a China y EE.UU. como el centro de producción de cobalto mundial por el momento.
Para subsanar esta situación, Tesla ha diseñado una nueva aleación níquel-cobalto-aluminio que utiliza menos de un tercio de la cantidad de cobalto que las baterías actuales.
La empresa de Elon Musk ha reducido la cantidad de cobalto en sus vehículos de 11 kg por coche a 4,5 kg, en uno de sus últimos diseños, el Model 3.
La solución podrían ser las baterías en estado sólido y las baterías de sodio, que además podrían abaratar los costes de producción.