Las tecnologías cambian hábitos, y entre ellos la forma que tenemos de comunicarnos. Os presentamos una serie de datos que confirman cómo evolucionamos
Quien eche la vista atrás y trate de trazar paralelismos entre la sociedad de este recién nacido 2015 y la que habitaba hace apenas un cuarto de siglo, seguramente no encuentre muchas similitudes. No en vano, la situación política ha cambiado notablemente (de un mundo polarizado con la URSS y EEUU como grandes contendientes a uno en el que el terrorismo islámico protagoniza los informativos de todo el planeta) y los hábitos de consumo y ocio han cambiado por completo. La forma en que nos comunicamos también ha experimentado esta transformación, en la que la digitalización y la movilidad han tenido mucho que ver.
Nuestras comunicaciones interpersonales (es decir, la forma en que hablamos y nos relacionamos con nuestros allegados) parece que cada vez abandonan más el blanco y negro que representaban las llamadas de voz (ya no hablamos desde el fijo, sino desde el propio móvil) para dar paso al color brillante de las aplicaciones de mensajería instantánea y las redes sociales.
No en vano, y según se desprende del Estudio de la Sociedad de la Información presentado por Teléfonica hace unas semanas, la mensajería instantánea (WhatsApp, Line, Skype…) ya es usada por el 78% de las personas con teléfono móvil, lo que supone que este tipo de apps han crecido en adopción un 206% en apenas dos años. Si tenemos en cuenta que la proporción de españoles que llaman habitualmente por el móvil (82%) es prácticamente similar, podemos observar un cambio de tendencia claro hacia la comunicación escrita en tiempo real en detrimento de fórmulas más clásicas y hasta ahora indiscutibles como las llamadas o los SMS.
Este cambio radical en la forma en que nos comunicamos también tiene su reflejo en el aumento de personas que se conectan de forma asidua a Internet: más de 26 millones de españoles acceden de forma habitual a la Red, de los que 21,4 millones lo hacen a través de sus smartphones y tablets (terreno en el que España es líder, con un 80% de los móviles que son inteligentes). Se trata ni más ni menos que cuatro millones de personas más en apenas un año, lo que da buena muestra de cómo los dispositivos móviles están transformando por completo nuestra manera de comunicarnos con familiares y amigos, ahora masiva, instantánea y omnipresente. De hecho, el 80% de ellos ya se conectan a diario a Internet, están permanentemente conectados a la Red, 10,5 puntos más que en 2013, fenómeno provocado precisamente por la adopción de herramientas de mensajería y las redes sociales.
Los mayores también dan el salto a la comunicación digital
Este cambio de paradigma no es sólo propio, como cabría pensar, de las generaciones más jóvenes. Y es que, siempre según los datos de este informe, la mitad de las personas mayores entre 55 y 64 años ya son usuarios intensivos que acceden diariamente a Internet. Si tenemos en cuenta que hace apenas cinco años esta brecha generacional era infinitamente mayor y apenas un 25% de los mayores de nuestro país usaban la Red, podemos constatar cómo ellos también se están sumando al carro de la digitalización. Tan sólo en el último año, el porcentaje de personas de avanzada edad que se volvieron permanentemente conectadas a Internet ascendió 8,6 puntos porcentuales, la franja de edad que más creció.
Cambios hasta en la forma de felicitarnos el Año Nuevo
El paso de las llamadas a los mensajes instantáneos no sólo es exclusivo del día a día sino que se ha impuesto también como fórmula predeterminada para felicitar fechas tan señaladas como las Navidades, en donde la tradición del contacto por voz se había conseguido mantener hasta ahora como opción por excelencia.
Así lo refleja un estudio de la firma de investigación IPSOS, en colaboración con Tuenti Móvil, según el cual el 75% de los españoles entre 16 y 35 años ha felicitado las fiestas a través de chats, usando imágenes, emoticonos, frases inspiradoras o propósitos de año nuevo. Contrasta esta mayoría absoluta con el 12% que afirma seguir enviando postales y el 2% que siguen usando los SMS. También es reseñable que un 8% confiesa no haber felicitado la Navidad.
Como comparación, tan sólo un 68% felicitó estas fiestas por teléfono, aunque la mitad de ellos sólo lo hicieron con padres, hermanos o familiares cercanos, dejando la mensajería instantánea para el resto de contactos. Curiosamente, un 8,5% afirmó llamar sólo a sus abuelos “porque si les mandan un mensaje no lo leerán nunca”.
De todos los mensajes empleados para desear un buen año nuevo, el 34% fueron hechos en chats de grupo, frente al 22% que envió “gifs” (animaciones) a sus contactos o el 19% que se decantó por los “memes” (imágenes de humor y parodias). Sin duda, toda una revolución frente al clásico villancico o la postal navideña llena de árboles nevados y regordetes señores vestidos de rojo que traían regalos desde el Polo Norte.