La palabra metaverso fue usada por primera vez por Neal Stephenson, en su novela Snow Crash de 1992. La usó para describir un mundo virtual que es un espejo del nuestro, con las mismas reglas e historia. Una de las principales características del metaverso es que se trata de un lugar donde las personas pueden conocerse e interactuar entre sí, tal como en la vida real.
Desde entonces, el término se ha utilizado en varios contextos, pero solo recientemente se ha vuelto popular en internet. ¿Por qué nos atrapan las diferentes características del metaverso?
Si tuviéramos que avanzar rápidamente hasta el año 2035, ¿cuán diferentes serían nuestras vidas de lo que son hoy? Algunos creen que, para entonces, nuestras vidas digitales importarán mucho más que las físicas.
Las 3 características del metaverso que la definen
Si apenas estás conociendo qué es el metaverso, estamos hablando de una combinación de mundos tridimensionales. Es posible acceder a ellos a través de un navegador, una aplicación móvil o un auricular. La tecnología permitirá a las personas tener interacciones y experiencias en tiempo real a través de grandes distancias. Se espera que el resultado de este sea el de recrear un vasto ecosistema de aplicaciones en línea.
Ahora el metaverso tiene la intención de proporcionar una plataforma que agregue elementos más humanos y sociales a la interacción. Todo esto por vía remota. Así pues, se espera lograr la creación de mundos virtuales utilizando realidad virtual, IA y blockchain. La recreación de estos espacios y el concepto general debe derivar en tres características del metaverso: presencia, persistencia e interoperabilidad.
La presencia en el metaverso
La presencia es la sensación de estar realmente en un entorno virtual mediante la interacción con otros seres virtuales. Esta sensación es uno de los factores clave que termina por mejorar la calidad en las interacciones en línea. En este aspecto, las tecnologías de realidad virtual (RV), como las gafas de RV y el audio tridimensional, entre otros, son clave para hacer posible las características del metaverso.
Existen entidades dedicadas a promover el desarrollo de esta característica particular. Una de ellas es la Sociedad Internacional para la Investigación de la Presencia (ISPR). Esta organización sin fines de lucro se dedica al apoyo e investigación académica relacionada con la telepresencia. Fue fundada en 2002 y su sitio web pretende servir como un recurso para quienes realizan investigaciones. Asimismo, ofrece apoyo a quienes desarrollan, diseñan, comercializan, escriben o simplemente están interesados en el fenómeno telepresencial.
La persistencia en el metaverso
El metaverso será un internet persistente en el que las experiencias, ya sean virtuales o aumentadas, permanezcan siempre activas. Al encontrarse siempre en línea para que cualquiera lo experimente y tenga acceso a él, podrá aumentar su valor.
Entre las características del metaverso, la persistencia se aplica a las experiencias y a mundos virtuales de una manera especial. Lo anterior implica que estos pueden evolucionar, pero deben estar siempre ahí para que otros usuarios los exploren.
Así, todas las personas que miren hacia arriba con gafas de realidad aumentada, por medio de su teléfono o su tableta, podrán ver un dragón volador sobre un estadio. De la misma manera, dependiendo de su posición física en el estadio, cada una tendrá perspectiva diferente del mismo dragón.
La interoperabilidad en el metaverso
La interoperabilidad se refiere a la capacidad del metaverso para conectarse con otras plataformas y servicios. Esto se logra mediante el uso de estándares abiertos que permiten que se sumen diferentes tipos de tecnologías y plataformas en línea.
Este concepto es clave cuando se trata de saber hasta qué punto los usuarios pueden sacar el valor de aquello que crearon dentro de una plataforma, al poder llevarlo a otra plataforma. Esto sin tener que atravesar varios tipos de barreras. Impulsar estas características del metaverso permite que los usuarios puedan ganar, comprar y compartir un activo digital en un entorno y usarlo en otro, ya sea físico o digital.
De esta forma, la interoperabilidad permite a los usuarios transferir sus datos y activos. Así que pueden venderlos a otros usuarios al valor del mercado abierto. Cuanto más fluida sea la experiencia, más valor general producirá el metaverso para la sociedad.
Cualquier plataforma que busque construir algo de valor para este mundo virtual debe incorporar las tres características del metaverso, sobre todo si desea permanecer. Si podemos hacer de estos valores una piedra angular, estaremos muy cerca de alcanzar un espacio verdaderamente abierto y descentralizado. Uno que finalmente estará controlado por la comunidad, en lugar de corporaciones.
¿Qué opinas del metaverso? ¿Estás listo para formar parte de él?
Imagen de Brand Factory.