La climatología es la ciencia que estudia los fenómenos meteorológicos. Y gracias a la tecnología, en los últimos años ha logrado grandes hitos. Como, por ejemplo, crear mapas de las condiciones climatológicas más probables en los próximos meses o realizar predicciones fiables de zonas muy concretas a días u horas vista. Pero la climatología no se limita a observar mapas climatológicos. Los cazadores de huracanes son un ejemplo de cómo la observación se implica hasta el punto de seguir ciclones tropicales desde el aire. Y en el metaverso han encontrado un aliado para hacer esta labor lo mejor posible.
El seguimiento de huracanes se puede realizar por tierra o aire. En el segundo caso, se pueden emplear satélites meteorológicos o aviones tripulados. En Estados Unidos, existen varios grupos que se dedican a esta tarea pilotando grandes naves. Una tarea que se inició en 1943 y que sigue hasta nuestros días a pesar de la existencia de drones con control remoto o de nanosatélites más económicos y con sensores más avanzados.
Los cazadores de huracanes corren un peligro. Y toda precaución es poca cuando se trata de seguir o sobrevolar fenómenos atmosféricos adversos. De ahí que experiencias más seguras sean bienvenidas. Como la que ofrece el metaverso realista de Microsoft Flight Simulator y su recreación fidedigna de lo que es nuestro planeta Tierra y fenómenos cada vez más frecuentes como huracanes.
Cazadores de huracanes en un mundo virtual
Microsoft hizo un gran trabajo al crear la última versión de su simulador de vuelo Microsoft Flight Simulator. Un trabajo que no para de avanzar incorporando nuevos mapas, texturas, elementos y mejoras a su particular metaverso que recrea fielmente la Tierra para sobrevolarla. Una de esas grandes mejoras tiene que ver con las condiciones meteorológicas.
Hace dos años, y en colaboración con Meteoblue, una empresa especializada en datos meteorológicos, Microsoft incorporó a su metaverso de realidad virtual información climatológica que afecta al paisaje y a las condiciones de vuelo de sus aviones. En concreto, Meteoblue dividió la Tierra en 250 millones de partes, cada parte con sus propias condiciones meteorológicas. Y también partió ese mundo virtual en 60 capas verticales que iban desde el suelo hasta la estratosfera. Cada parte tenía sus propios valores en cuanto a velocidad del viento, humedad y temperatura.
Con estas incorporaciones, quienes pilotan aviones virtuales en el mundo digital de Microsoft Flight Simulator pueden vérselas no solo con la complejidad de pilotar una aeronave sino también con condiciones meteorológicas adversas como puede ser un huracán. Y, precisamente, en esa situación, es posible recrear tareas como las que realizan con cierta frecuencia los cazadores de huracanes en el mundo real. Pero con la comodidad y seguridad que ofrecen la realidad virtual.
El huracán Ian en el metaverso
Para recrear el mundo real incorporando las condiciones climáticas reales, el juego permite incorporar los datos climáticos disponibles. De esta manera, los escenarios elegidos para volar de manera virtual se muestran en unas condiciones muy similares a las que podemos encontrar en el mundo real.
Un ejemplo de ello fue el huracán Ian, formado el 23 de septiembre de 2022 y que se disipó en octubre de 2022. Este fenómeno, de categoría 4, llegó a generar velocidades de viento de hasta 250 kilómetros por hora y daños materiales valorados en más de 50.000 millones de dólares. Y se recreó fielmente en Microsoft Flight Simulator.
Una búsqueda en YouTube nos muestra varios videos de usuarios. Aficionados a la aviación que pudieron experimentar en sus carnes, aunque virtualmente, la experiencia de los cazadores de huracanes. Eso sí, sin necesidad de poner sus vidas en peligro. Aplicando los datos de clima en tiempo real, los jugadores podían ver las consecuencias climáticas del huracán Ian en las zonas en las que tuvo repercusión realmente, entre Cuba y el sudeste de Estados Unidos (Florida y Carolina del Sur especialmente).
De la simulación al estudio de los huracanes
Gracias al realismo de Microsoft Flight Simulator, este simulador de vuelo ha logrado ir más allá del mero entretenimiento para jugadores y pilotos amateurs. Por un lado, el juego ayuda a practicar y a aprender como funciona un avión real en circunstancias reales. Si bien, por el momento no cuenta con el beneplácito de las autoridades competentes para usarse como entrenamiento en academias de vuelo.
Otro hito de este metaverso especializado en la aviación es que está sirviendo para entrenar a drones no tripulados combinando inteligencia artificial que aprende en escenarios virtuales para luego aplicar ese aprendizaje en vuelos reales con drones reales.
Y, como vimos en septiembre de este año, el simulador también puede servir para que millones de personas puedan experimentar las mismas sensaciones que los cazadores de huracanes sin exponerse al mismo peligro. Es más, lo ocurrido con el huracán Ian en septiembre de 2022 ya había ocurrido, aunque con menos repercusión, en 2020 con el huracán Laura. Y es probable que se vuelva a repetir con sucesivos fenómenos climáticos de este nivel.
Una manera de fomentar el conocimiento y la experiencia sin poner vidas en peligro. Y que puede ayudar a los profesionales a manejar mejor ese tipo de situaciones y a que quienes estén interesados en ello, puedan aprender más sin exponerse. Todo ello gracias a la combinación de la realidad virtual, el metaverso lúdico creado por Microsoft y los millones de datos que hoy en día somos capaces de recopilar sobre el clima gracias a satélites y aviones con sensores incorporados.