La tecnología híbrida de SolarReserve permitirá generar energía limpia de forma continua y sin intermitencias las 24 horas del día los 7 días de la semana
La firma líder del sector en tecnología termosolar y en plantas de energía solar de carga base, ha obtenido la licencia ambiental para el desarrollo de uno de sus proyectos solares más ambiciosos que podría convertir a Chile en la sede de la planta de energía solar más grande del planeta. El proyecto denominado Copiapó Solar cuenta con una inversión cercana a los 2 millones de dólares y un periodo de ejecución de 4 años, con el objetivo de iniciar las operaciones comerciales en tierras suramericanas con el horizonte puesto en el 2019.
La tecnología del proyecto que la prestigiosa firma SolarReserve tiene previsto construir en Chile, está basada en el proyecto Crescent Dunes que la empresa ya tiene en marcha en los EEUU. Se trata de un Sistema Interconectado Central con 260 MW de potencia en carga base, que permitirá generar energía limpia de forma continua y sin intermitencias las 24 horas del día los 7 días de la semana.
La planta de Copiapó incorpora los últimos avances en tecnología solar de SolarReserve, integrado por un sistema híbrido de producción de energía 100% limpia que combina paneles solares fotovoltaicos de alta eficiencia PV con torres de concentración con almacenamiento térmico de energía en sal fundida o CSP. Gracias a esta solución híbrida se conseguirá maximizar la producción de energía renovable eliminando los problemas de intermitencia asociados a los plantas que solo utilizan tecnología fotovoltaica PV. De esta forma la empresa SolarReserve planea satisfacer las necesidades energéticas de la población y del sector industrial chileno, generando más de 1.800 gigawatts hora –GWh– anualmente a un precio altamente competitivo a nivel de costes.
El proyecto para la futura construcción de la megaplanta Copiapó Solar ha sido sometido a un exhaustivo estudio de evaluación ambiental auspiciado por el Servicio de Evaluación Ambiental –SEA–, que finalmente obtuvo el visto bueno de las autoridades en la Región de Atacama con una Resolución de Calificación Ambiental –RCA–, tal y como se denomina el permiso ambiental chileno.
La clave para la obtención de la Calificación Ambiental reside en la cuidada selección de las localizaciones estudiadas por los ingenieros de la compañía, el uso de una sofisticada tecnología que minimiza el uso de agua para el funcionamiento de la instalación y los extensos informes medioambientales que justifican el cumplimiento del marco legal de las comunidades locales afectadas. Para el desarrollo de esta planta de energía solar la empresa ha contado con la participación de las partes interesadas y las comunidades locales de la región de Atacama, con el objetivo común de minimizar el impacto sobre el medio en todas sus etapas, desde la selección definitiva del emplazamiento y la construcción de las instalaciones, hasta alcanzar el pleno rendimiento.
La oportunidad de ofrecer una alternativa viable y competitiva a la actual dependencia de los combustibles fósiles supone un reto importante para este proyecto, especialmente en un país con un tejido industrial integrado principalmente por empresas mineras. Con la producción prevista de hasta 260 MWs de suministro continuo de energía en carga de base de la futura megaplanta solar, ninguna otra fuente de energía renovable podrá satisfacer las necesidades energéticas del país con una solución tan competitiva a nivel de costes y una capacidad de suministro similar a la de una central alimentada con carbón.
La empresa responsable del proyecto está desarrollando su tecnología termosolar con más de 1,8 millones de dólares en proyectos como este alrededor de todo el mundo. Este quizá este sea su proyecto más ambicioso, y para ello cuenta con un equipo de profesionales experimentados en proyectos de energía con un suministro global de 6,6 gigavatios en todos los mercados de energía renovable más importante y de mayor crecimiento del mundo.
Imágenes | vía Copiapó Solar Project y Pixabay
