Los dos protocolos de carga eléctrica con más puntos instalados, un perteneciente a China y el otro a Japón, trabajarán juntos en un estándar global.
A estas alturas nadie duda de que los coches eléctricos serán el futuro a medio plazo. Pero aún queda mucho camino por recorrer. No solo en lo que se refiere a la propia ingeniería del vehículo. Aunque casi es mejor hablar directamente de la batería y su autonomía. El verdadero escollo para su expansión es la carga eléctrica.
Existen varios estándares de cargadores eléctricos repartidos por diferentes países. Esto quiere decir que cuando veas una estación de carga en la calle no siempre servirá para todos los coches eléctricos. La incompatibilidad ya se ha presentado como un problema. La industria de los vehículos eléctricos ha crecido de forma desordenada, como siempre ocurre en los primeros momentos. Y ahora toca organizar las cosas.
Por eso, las dos principales organizaciones responsables de los estándares de carga más utilizados se han sentado a la mesa. La japonesa CHAdeMO (que agrupa a Nissan, Mitsubishi, Kia) y la china CEC (China Electricity Council) han acordado crear un estándar universal de carga eléctrica.
El objetivo es que esta tecnología, con un conector universal, sea adoptada por todos los fabricantes de vehículos. Ambas organizaciones se han marcado como fecha 2020 para tener listo el nuevo estándar. Además, invitan a otros países –los gobiernos de China y de Japón supervisarán el protocolo que se desarrolle– a colaborar en la tarea.
CHAdeMO está expandida especialmente por Japón, pero también en otras partes de Asia, en Europa y en Norteamérica. Mientras que CEC tiene una presencia intensa sobre todo en China, donde posee cientos de miles de puntos de carga.
Una cuestión de velocidad… y de capilaridad
El principal problema que se le atribuye a la carga eléctrica es la velocidad. Y en él trabaja la alianza sino-japonesa. El nuevo estándar universal de carga eléctrica tendrá una potencia de 900 kW, según ha trascendido. Se trata de una cifra necesaria para abordar la enormidad de las baterías del futuro.
En estos momentos una batería de 25 kWh se carga en una media hora con un cargador de 50 kW. Si hablamos de una carga rápida, el mismo tiempo se emplea en completar los 70 kWh de un Tesla. Pero el proyecto que tiene entre manos la alianza internacional permitiría cargar 450 kWh en el mismo tiempo. Aquí hablamos ya de baterías de gran tamaño. Son las que se usarán para autobuses eléctricos, camiones pesados, vehículos de construcción y minería o helicópteros.
Sin embargo, otro de los retos es alcanzar una gran capilaridad. Esta es una característica con la que cuentan las gasolineras. Pero desplegar una infraestructura de cargadores es un trabajo que hay que empezar desde cero en muchos lugares.
Por ahora, solo algunas regiones y Japón, como país, han logrado una red de cargadores eléctricos nutrida. Para el resto el reto es imponente. Y, en algunos casos, hay que empezar desde cero.
Imágenes: Eneas