Impulsar la ciudadanía digital es trabajo de todos

La era digital ha abierto un universo de oportunidades y desafíos, acercando a las personas a recursos y servicios que un día fueron inaccesibles. Pero con estas ventajas también existen riesgos y barreras que necesitan tratarse para garantizar una ciudadanía digital inclusiva y segura.

La definición de «Ciudadanía Digital» de la UNESCO enfatiza la necesidad de habilidades digitales y alfabetización tecnológica, permitiendo a las personas formar parte del mundo digital de manera responsable y adaptar la tecnología a nuestras necesidades en lugar de ser moldeados por ella. La inclusión en esta ciudadanía digital implica una serie de derechos y responsabilidades que deben ser respetados y promovidos.

Dentro de la Unión Europea, la «Declaración sobre derechos y principios digitales» del Consejo de Europa pone de manifiesto la centralidad de los ciudadanos y sus derechos en la transformación digital. Y no es solo en Europa, donde se está prestando atención a estos temas; en España, la «Carta de Derechos Digitales» es un ejemplo de cómo los países pueden abordar estos desafíos.

Decálogo para una Ciudadanía Digital Responsable

Con motivo del Día Mundial de la Sociedad de la Información (#diadeinternet), se ha presentado un decálogo para impulsar la ciudadanía digital:

  1. Priorizar a las personas y sus derechos, lo que incluye el derecho a la privacidad, el derecho al olvido, el derecho a la desconexión digital y el derecho a no ser discriminado por algoritmos.
  2. Para asegurar la inclusión de todos, es esencial que las tecnologías digitales sean comprensibles y útiles para todos, y que se puedan utilizar de manera segura y autónoma.
  3. Es crucial promover el uso seguro de la tecnología digital, proporcionando a los ciudadanos las herramientas y el conocimiento necesario para protegerse de las amenazas online.
  4. Se deben fomentar políticas públicas para la difusión y reconocimiento de los centros de competencias digitales, proporcionando a los ciudadanos las habilidades digitales necesarias para alcanzar sus metas personales y profesionales.
  5. Promover una inteligencia artificial ética, transparente y responsable de manera que promueva la transparencia y la confianza, y evitar la discriminación y los sesgos.
  6. Las administraciones deben promover los datos y estándares abiertos, y colaborar con la sociedad civil y las empresas para promover el empoderamiento digital.
  7. Los ciudadanos deben ser educados sobre el impacto ambiental de las tecnologías digitales y se les debe animar a usar la tecnología de manera sostenible.
  8. Es fundamental prestar atención a las reformas legislativas y dotarlas de recursos para que sean efectivas en el contexto digital.
  9. Todos deben tener la oportunidad de participar en la sociedad digital en igualdad de condiciones y sin discriminación.
  10. Proporcionar los recursos necesarios para la implementación de estos principios con políticas y acciones que faciliten el acceso a equipos, aplicaciones, conectividad, formación e información necesaria para una vida digital plena.
Imagen de Brand Factory.

Una llamada a la acción para una ciudadanía digital inclusiva y segura

Este decálogo es una llamada a todos los actores sociales y políticos para adoptar una postura activa en la promoción de una ciudadanía digital inclusiva, segura y participativa. En la era digital, todos somos ciudadanos digitales, y es nuestra responsabilidad asegurar que esta ciudadanía sea beneficiosa para todos. Estos principios y acciones son un paso esencial para hacer realidad esta visión de una sociedad digital justa y equitativa.

Para ello, es importante trabajar juntos para construir una sociedad digital que sitúe a las personas en el centro, que respete sus derechos y oportunidades y que garantice un espacio digital seguro y enriquecedor para todos. Con cada acción que tomemos en esta dirección, estaremos contribuyendo a la creación de un futuro digital más igualitario.

Imagen de Brand Factory.

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