Ciudadanos Smart

La revolución smart es imparable. La tecnología, que lo envuelve todo, está aquí para quedarse y para hacernos la vida más fácil, eficiente y cómoda

Una mañana cualquiera nuestro móvil nos concede 18 minutos más de sueño porque nuestra pulsera inteligente le ha desaconsejado despertarnos en ese momento, pues estamos en una fase de sueño optima, nada adecuada para interrumpirla, y tras consultar nuestra agenda del día, las condiciones meteorológicas y calculado la ruta óptima para evitar el tráfico previsto en la ciudad, ha concluido que era posible obsequiarnos con ese regalo. El móvil ha ordenado a la pulsera que nos despierte con suaves vibraciones y a las persianas que se abran para facilitar la entrada de luz natural.

Nuestro sistema Smart Home ha decidido apagar la luz eléctrica en cuanto ha detectado que amanecía y sólo ha encendido la calefacción del baño porque sabe que en 20 minutos saldremos de casa, por lo que no es necesario consumir más. Cinco minutos antes nos invita a dejar el coche y utilizar el transporte público. Un accidente en nuestra ruta impide a los conductores avanzar y sabe, por nuestra agenda, que nos espera un reconocimiento médico a primera hora. Por eso la cafetera no se ha puesto en marcha hoy, debemos llegar en ayunas.

Home_aut_620

En días como hoy nos lamentamos de no habernos comprado un coche eléctrico, ya que si desatendemos los consejos y decidimos usar el coche tendremos que parar a repostar: ayer la tablet ya nos avisaba del bajo nivel de combustible

Una mañana todo esto ocurrirá y no nos sobresaltaremos, ni siquiera nos preguntaremos por qué el móvil ha sonado más tarde, ese día seremos un individuo Smart. La tecnología ya ha impactado en nuestra cotidianidad para mejorar y facilitar nuestra vida, de manera eficiente, respetuosa con el medio ambiente y con nosotros mismos. Es un camino que ya no tiene vuelta atrás.

La realidad ha superado a la ficción. Algunas de las innovaciones con las que nos sorprendieron hace 30 años Marty McFly y Doc Emmet Brown en Regreso al Futuro se han quedado cortas. Aquí está para quedarse la ropa inteligente, las cámaras incorporadas en los uniformes deportivos, los drones, los relojes y pulseras inteligentes, la impresión en 3D, la videoconferencia, los vehículos que, si bien no vuelan, sí se conectan con nuestros dispositivos o con los servicios de una ciudad. Está claro que las smart cities ya no son ciencia ficción, sino objetivo prioritario para todas las instituciones, bien sean estatales, autonómicas o locales.

Estamos en los inicios de convertir a nuestro entorno en inteligente, en asignarle capacidades para que tome decisiones, siempre moduladas y predefinidas por nosotros mismos pues el libre albedrío es innato a la humanidad y así seguirá siendo. Lo innegable es que las ciudades, los edificios, el tráfico, el transporte y los servicios públicos, nuestras propias agendas, son elementos que nos deberían facilitar la vida o por lo menos no impactar negativamente en ella, que nos permitieran ganar tiempo para nosotros, nuestras familias o nuestros amigos, y destinar recursos económicos y capacidades vitales a aquello que realmente nos interesa y nos motiva.

Coches eléctricos en California

Una ciudad será más eficiente si recicla el agua; potencia el uso de vehículos eléctricos y a su vez monitoriza el estado de las estaciones de recarga; si dispone de sensores inteligente que proporcionen datos como el nivel de CO2, humedad, ruido o tráfico, informen de las plazas de aparcamiento libres, ocupación de las urgencias sanitarias, del tiempo de espera para el metro o autobús; o establezca un espacio seguro en los caminos escolares o en la vida diaria de nuestros mayores; si ofrece aceras wifi o conexión a Internet integrada bajo el pavimento.

Tenemos que continuar implementando, bajo estándares abiertos que permitan la colaboración de cualquier partner, plataformas de conexión, gestión y control de todas estas comunicaciones. Siempre de la mano de los ciudadanos porque somos nosotros quienes vamos a percibir las mejoras que nos proporcione tener servicios municipales eficientes y dando entrada, no sólo a grandes empresas, sino a startups y pymes, es un error no contar con ellos en este proceso de transformación. Y siempre bajo parámetros de fiabilidad y seguridad.

La tecnología tiene que ser sinónimo de autonomía y libertad, pero también de privacidad. De nosotros, ciudadanos, depende cómo, en qué y con quién queremos ser Smart.

Imagen de cabecera: Shuttlestock

Sobre el autor

RELACIONADOS

GPTs Custom

Cómo hacer GPTs Custom

Hace unos meses, OpenAI presentó una nueva función para ChatGPT, el popular chatbot de la compañía que funciona gracias a GPT-4, su modelo de...