Tanto la especialista Lilium como el gigante Uber han anunciado las fechas para sus coches voladores autónomos: 2025 y 2023 respectivamente.
Los coches voladores autónomos han dejado de ser una quimera del futuro. Al menos del futuro lejano. Así lo muestran las diferentes iniciativas que se han presentado en los últimos años en este terreno.
Dos de ellas ya tienen fecha para lanzar sus primeros coches voladores autónomos a nivel comercial. Y lo harán en dos fechas cercanas en el tiempo entre sí. Las empresas son Lilium, la startup alemana que ha sido pionera en este concepto, y Uber , el gigante del transporte privado. Sus fechas de lanzamiento serán 2025 y 2023 respectivamente.
Lilium ha mostrado el vehículo con el que llevará a los primeros pasajeros en este servicio de taxis voladores. Se trata del Lilium Jet y es capaz de alcanzar velocidades de 100 km/h. Cuenta con dos alas que montan un total de 36 motores eléctricos. Resulta interesante la ingeniería aplicada en este punto. Al despegar los motores miran hacia abajo, para impulsarse verticalmente. Sin embargo, una vez alcanzada cierta altura, los 36 rotores comienzan a orientarse en horizontal. El objetivo es darle un impulso similar al que obedece una avioneta.
El modelo de coche volador de Uber sigue el mismo esquema. La compañía, que hará los primeros ensayos en 2020, cuenta con un prototipo que reo rienta sus motores después de despegar verticalmente. En su caso, el sistema servirá para dos tipos de vehículos: los coches voladores y los drones que lleven paquetes de comida.
Uber Eats es otra de las líneas de la compañía estadounidense que empezará a surcar el cielo. Así lo ha anunciado la matriz, que prevé un servicio con drones capaces de llevar un pedido o dos. Las primeras pruebas comenzarán el año que viene en San Diego. Y tanto en este campo como en el transporte de personas se busca lo mismo: velocidad.
El problema para alcanzar velocidad con un dron –como puede observarse en las carreras de la alta competición de estos dispositivos– es el desequilibrio entre la fuerza de los rotores y el peso del vehículo. Por eso en las carreras todos los drones van con los rotores por delante , al máximo de velocidad. En realidad su diseño no está preparado para este rendimiento, por mucho que sus prestaciones técnicas lo permitan.
A la hora de transportar un paquete de comida y no digamos si se trata de llevar a personas, alcanzar la máxima velocidad no puede ser sinónimo de que el dron vuele de forma vertical. La comida se podría malograr y las personas terminarían la carrera al borde del infarto.
De la ciudad al aeropuerto en seis minutos
La reorientación de los motores es necesaria, por tanto, para estos servicios. Hablando de algunos de ellos, Lilium –que ha hecho sus primeros ensayos en Singapur– quiere ofrecer a los habitantes y ocasionales visitantes de Nueva York un transporte estrella. La compañía tiene pensado crear un servicio de taxis aéreos entre Manhattan y el aeropuerto JFK.
Estas carreras voladoras durarán seis minutos de punto a punto. En este aspecto el servicio resulta inmejorable. Su precio será de 70 dólares. Pero seguro que en Nueva York hay un mercado suculento para este tipo de oferta.