Alexa y Google Home

Cómo los asistentes virtuales permiten ahorrar energía

Los asistentes virtuales para el hogar, Alexa, Google Home o Movistar Home, permiten un ahorro energético gracias a un mayor control sobre los aparatos de la casa.

El hogar conectado necesitaba la llegada de un auténtico cerebro para cristalizar. No es que ahora lo haya hecho, pero el camino se presenta menos empinado con los asistentes personales. Alexa, Google Home o Movistar Home, pero también el HomePod de Apple y otros altavoces inteligentes, han dado un nuevo sentido a la domótica que se desarrolla desde hace años, con no muy buena fortuna en el mercado.

La domótica nació con un doble propósito. Había que hacer el hogar más cómodo y placentero. Pero también había que tenerlo más controlado, especialmente el aspecto del consumo eléctrico. La eficiencia energética ha sido uno de los argumentos de venta del incipiente sector de la domótica. No ha llegado a ser un argumento ganador, pero cada vez se carga más de razón, con el aumento del uso de dispositivos electrónicos y del consumo eléctrico.

Como cerebros de este nuevo hogar conectado, Alexa, Google Home o Movistar Home son capaces de conectar elementos de domótica de nuestra casa. De esta forma, los asistentes podrán controlar el encendido de las luces –y, sobre todo, su apagado– así como la calefacción, la televisión o el teléfono.

En lo que respecta a la calefacción, lo más buscado es la comodidad. Con un termostato inteligente conectado, un asistente personal es posible programarla, reprogramarla si se necesita, apagarla, modificar la temperatura. El ahorro en este aspecto puede derivarse de un control más férreo y más accesible. La interfaz de un asistente personal es sencilla y está integrada con el resto de la domótica de la casa. De manera que el usuario no tiene que bucear en varias aplicaciones.

interfaces conversacionales

El control de los aparatos eléctricos

Aunque el principal ahorro debido a los asistentes personales vendría de los múltiples aparatos conectados a la red eléctrica que tenemos en una casa. Hay electrodomésticos, luces y dispositivos electrónicos diseminados por habitaciones, cocina y baño.

Algunos de estos aparatos consumen energía en standby, que a lo largo del año supone un gasto de recursos innecesario. Siempre se ha dicho que el televisor es uno de estos vampiros energéticos, pero también el microondas se enmarca en este grupo.

Con la ayuda de smart plugs o enchufes inteligentes se puede cortar la corriente a estos aparatos desde cualquier lugar. Basta hacerlo con un comando de voz, desde la propia casa, o a través del smartphone, en cualquier parte.

Los asistentes personales pueden ayudar a centralizar todos estos dispositivos, como smart plugs, de forma que sea sencillo manejarlos. Actualmente los sistemas de domótica que acompañan a los propios enchufes inteligentes no suelen ofrecer una accesibilidad tan inmediata como un comando de voz.

Lo mismo ocurre si usamos este tipo de enchufes –algunos de los cuales permiten incluso controlar el consumo de forma individual– con otros aparatos, como un ordenador de escritorio o un equipo de música.

Aunque no hay que pasar por alto que los propios altavoces, así como los enchufes y otros aparatos inteligentes, también consumen energía. El estar permanentemente conectado no deja de suponer un pequeño gasto que se acumula a final de año.

Imágenes: Bence Boros, Amazon

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