Con SurgiBox cualquier habitación podrá convertirse en un quirófano. Aunque, todavía está en fase de experimentación, está pensada para hospitales con menor presupuesto.
El sector de la salud está avanzando a pasos agigantados gracias, en parte, a la tecnología. Las “tijeras moleculares” siguen revolucionando la medicina moderna y acaban de detener la sordera en un proyecto experimental. También, el rechazo a los trasplantes podría ser cosa del pasado gracias a las bioimpresoras 3D.
Dentro de este panorama, la tecnología y la innovación se han perfilado como piedras angulares para solucionar los problemas de la sociedad.
En la actualidad hay cinco mil millones de personas que no tienen una adecuada atención quirúrgica, según un estudio de The Lancet. Todo ello, teniendo en cuenta que un quirófano debe tener un mínimo de limpieza y seguridad, y que esto requiere un presupuesto que muchos hospitales de países en vías de desarrollo no tienen.
Para paliar este problema, un equipo del MIT ha puesto en práctica un proyecto para convertir cualquier habitación en una sala de un quirófano. Por lo que proporciona una solución económica y accesible para estos hospitales. Se trata del llamado SurgiBox, una revolucionaria idea que intenta cambiar la mencionada clásica estructura.
El quirófano es totalmente autónomo y seguro
Ahora, el concepto se centra en el paciente y los proveedores. De esta forma, se trata de una especie de carpa inflable que cubre a toda la persona y elimina al 99.997% los contaminantes. El sistema se sella de forma estéril y el paciente es operado a través de las hendiduras situadas en el lateral de la especie de “bolsa”.
Además, SurgiBox se puede trasladar de manera rápida y sencilla a cualquier parte del mundo. Por lo que es totalmente autónomo y se adapta a las condiciones de iluminación, así sus componentes son reutilizables.
Este diseño ha significado un punto de inflexión en el proyecto. “Ahora el paciente no tiene que estar en SurgiBox. Más bien, SurgiBox está en ellos”, según explicaba al MIT Daniel Frey, profesor de ingeniería mecánica y director de investigación de la facultad del D-Lab del MIT.
El proyecto está diseñado para equipos de cirugía y ginecólogos que no cuentan con las instalaciones tradicionales de hospital.
Surgibox ya está preparando su prueba con el usuario, aunque siguen experimentando para evitar la contaminación con partículas. Por este motivo, ya se planea asociarse con hospitales locales de Boston, y probar, así, la ergometría del diseño y los flujos de trabajo. En un futuro, se ensayará en hospitales asociados de países en vías de desarrollo, para donde está pensada esta tecnología.
Un proyecto de bajo coste y versatilidad que puede cambiar la tradicional concepción de un quirófano. Por el momento, está pensado para zonas en vías de desarrollo, pero ¿podremos ver nuestros hospitales llenos de estas cápsulas?