BYOD (Bring Your Own Device o trae tu propio dispositivo) es una tendencia muy de moda que significa que los empleados de una empresa utilicen sus propios dispositivos móviles en su lugar de trabajo y los usen para acceder a recursos de la empresa. Pero tampoco es la única, muy relacionado con BYOD está BYOT (Bring Your Own Technology o trae tu propia tecnología) que significa permitir a los empleados que elijan y compren los dispositivos que desean utilizar para trabajar – desde PC o portátiles, a smartphones y tablets-.
Hace apenas 20 años era casi impensable que la mayoría de nosotros dispusiéramos de nuestro propio hardware y software, e incluso el primer contacto de muchos con el mundo informático era a través del PC en red de la empresa. Ésta iba muy por delante de los empleados en este sentido. Pero esto ha cambiado y ahora son los propios usuarios los que están impulsando una nueva tendencia, al manejar en su día a día dispositivos más potentes y con más prestaciones que los que las empresas les pueden ofrecer. Dispositivos móviles que les confieren total flexibilidad en términos de dónde, cuándo y cómo trabajar.
De ahí que la estrategia BYOD sea una tendencia en auge. Llevamos tiempo oyendo hablar de ella y, aunque en España aún está en pañales, más del 60 % de las compañías de Europa y Norteamérica han confirmado su compromiso de facilitar el uso de dispositivos móviles personales en el ámbito corporativo. Y el motivo de que lo hagan es que confían en que puede facilitar el trabajo y mejorar la productividad.
Un estudio de Forrester entre 2.300 responsables TI recoge que en tres años el uso de dispositivos personales en el trabajo se convertirá en una política estándar e incluso en un requisito para las nuevas contrataciones. Y, como curiosidad, señala a los altos ejecutivos como los principales “culpables” ya que éstos superan la media con estimaciones donde se indican que el 77 por ciento de ellos compra su propio hardware y el 45 por ciento el software.
Hay quien sitúa el origen del término BYOD en las fiestas americanas con aquello de BYOB (Bring Your Own Booze o “Trae tu propia bebida”) y su origen TIC algunos han querido verlo en la aparición de los primeros iPhone. De lo que no hay duda es que BYOD se explica por el enorme progreso digital experimentado durante los últimos cinco años, la movilidad laboral y la mejora en el rendimiento de los trabajadores que supone permitirles utilizar sus propios dispositivos en el entorno corporativo.
Pero todo tiene sus pros y contras y a la vez que las organizaciones cambian y crecen con el desarrollo de nuevas formas de trabajar, surgen nuevos riesgos. Paradójicamente agilizar y flexibilizar también exige un control más estricto. Las empresas han visto cómo fomentando el uso de dispositivos personales en el ámbito profesional se consigue una mayor implicación de los empleados y un esfuerzo extra. De hecho un estudio de iPass asegura que BYOD ha conseguido generar unas 20 horas semanales de trabajo extra por parte de los trabajadores, lo que confirma ese aumento de la productividad.
La Agencia Europea de Seguridad de las Redes y la Información (ENISA) también ha publicado una valoración sobre la tendencia BYOD donde considera que existen oportunidades y riesgos al fomentar los dispositivos personales en las empresas pero que las compañías que se decidan a apostar por esta tendencia y lo hagan de forma organizada y con garantías se beneficiarán de las grandes oportunidades que ofrece. Esto es precisamente lo que se explica en el último número de PULSO, que el uso de dispositivos móviles personales para el trabajo es imparable. Las empresas sólo necesitan planes de gestión experta para sacar el mayor partido (alta movilidad, baja inversión) sin que peligre su seguridad.
Pero BYOD ha llegado ya hasta las aulas. Lejos de las limitaciones y horarios que a veces se quieren imponer a los más jóvenes en el uso de sus gadgets, las tendencias señalan los beneficios de su utilización también en el colegio. Un programa piloto en Atlanta ha dado con el nombre: Bring your own technology (BYOT). Nintendos, iPads o Kindles son aparatos “divertidos”, pero también adquieren un nuevo rol. Distintos programas animan a los estudiantes a utilizar su tecnología móvil durante la clase para su educación: para investigar, acceder a juegos educativos y como herramienta para realizar presentaciones multimedia. Se plantea como una actividad colaborativa y de comunicación con los profesores, aprendiendo, además, a usarlos correctamente y conforme a unas reglas. Y esto es sólo el principio de un fenómeno en alza.
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