La ansiedad y la depresión son dos problemas que están muy presentes en la sociedad actual. Pero, ¿a qué se debe esa situación? Esta pregunta es planteada por millones de personas en todo el mundo. La respuesta está en la ciencia y, en muchos casos, en nuestros hábitos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es un trastorno muy frecuente que se caracteriza por la presencia de tristeza y falta de placer. Algunos efectos que produce este estado son la falta de apetito y de sueño.
Por otra parte, otro trastorno frecuente es la ansiedad. Ambos problemas repercuten en nuestra salud física y mental, pudiendo afectar a la capacidad productiva de los usuarios. Actualmente, más de 400 millones de personas en el mundo padecen de depresión y 260 millones tienen problemas de ansiedad.
Diversas respuestas
Existen diversas evidencias científicas que pueden explicar las causas de este tipo de trastornos.
Dos de ellas están reflejadas en la biología del usuario. En principio suena extraño, pero nuestros genes pueden ser el motivo de encontrarnos a veces en una situación depresiva o de ansiedad. En este caso, los genes son capaces de hacernos más sensibles o no ante los problemas y, por lo tanto, nuestro cerebro sufre pequeños cambios.
Probablemente, la genética tenga peso en esto, pero en la mayoría de los casos de depresión y ansiedad la principal causa no está en los factores biológicos, sino en nuestra forma de vida, es decir, en las rutinas que llevamos en nuestro día a día.
Por ejemplo, la soledad es un estado que hace que las personas sean más propensas a deprimirse. También las personas que viven en entornos que resultan estresantes son más propensas a padecer depresión y ansiedad.
También podemos hallar respuestas sobre estos trastornos en la psicología. Las personas tienen necesidades físicas naturales como es el caso de alimentarse, hidratarse, respirar aire limpio.
Además, tenemos una serie de necesidades psicológicas como, por ejemplo, sentirnos valorados por otras personas o encontrar sentido a todos nuestros propósitos. Estas necesidades son las que causan a la mayoría de las personas este tipo de problemas.
Todo lo que nos rodea importa
Nuestro estado de ánimo puede verse afectado por diversos factores. Anteriormente os hemos mencionado que vivir en un entorno urbano es capaz de causar este tipo de problemas, y en parte es cierto.
El ser humano necesita estar en contacto con la naturaleza, ya que es una forma importante de desconectar de las rutinas constantes y respirar un ambiente menos contaminante.
Otro factor que influye en nosotros es la alimentación. Muchas personas llevan una dieta basada en alimentos procesados con exceso de grasas, y eso repercute a nuestra salud física y mental. Por ese motivo, es aconsejable seguir una dieta variada, sin exceso de grasas y azúcares, para gozar de una salud de hierro en todos los aspectos.
Es cierto que vivimos en una sociedad que puede resultar muy estresante, pero muchas veces necesitamos encontrar un momento de calma entre tanto revuelo. Por eso, recomendamos llevar una serie de hábitos saludables como hacer deporte, desconectar del mundo digital para conseguir un mayor rendimiento en nuestra vida cotidiana, además de tener una dieta equilibrada.
IMAGEN DE CABECERA: Gonzalo Chavarri.