Tim Berners-Lee apuesta por la descentralización

Tras recibir el premio Turing, el padre de la Web sigue trabajando en Solid, un estándar de tecnología abierta que permitirá al usuario tener un control absoluto de sus datos en Internet.

Después de muchos años de trabajo, el padre de La Web, Tim Berners-Lee, ha recibido el Premio Turing, el equivalente al Premio Nobel en el ámbito tecnológico. Este galardón, otorgado por la Association for Computering Machinery (ACM), reconoce al británico la creación de la tecnología que sustenta la Web desde hace 28 años.

No obstante, al recibir el premio, Berners-Lee se ha mostrado muy crítico en cuanto a la dimensión que la Web ha tomado en los últimos años. «Tengo que aceptar el premio en nombre de miles de personas que han ayudado a hacer estándares web y han ayudado a protestar cuando se amenazó la neutralidad de la Web», ha dicho al respecto.

La dinámica de poder ha cambiado dentro de la Web. Desde que esta plataforma pasó de ser una herramienta donde los científicos investigaban y compartían información, a ser un medio globalizado utilizado para el comercio, la comunicación y el entretenimiento, las grandes compañías como Facebook, Google, Amazon o Netflix se han hecho con el control. El poder de estas compañías no sólo se basa en el dominio de lo que la gente ve y hace cuando está conectada, sino también en el control de sus datos privados.

Con motivo de esta situación, actualmente Berners-Lee está trabajando para cambiar esta tendencia. Como co-líder del Grupo de Información Descentralizada en el Laboratorio de Informática e Inteligencia Artificial del MIT (CSAIL), pone todos sus esfuerzos para que en la mejor versión posible de la Web los usuarios controlen sus datos y cómo se accede a ellos. Por ejemplo, las redes sociales seguirían funcionado en la nube, pero el usuario podría almacenar sus datos de forma local. También podría elegir el servidor que le resulte más fiable, bien esté gestionado por una empresa o por una comunidad en la que confíe.

El informático está trabajando en un proyecto de código abierto llamado Solid para que todo esto se haga realidad. Pretende crear un estándar de tecnología abierta que puedan utilizar diferentes aplicaciones para compartir datos, independientemente de cuáles sean esos datos, o de qué tipo de aplicación se necesite para leerlos.

La idea de que se puedan trasladar los datos desde los gigantes tecnológicos que reinan en la Web a sistemas más descentralizados parece lejana. Sin embargo, el año pasado en la Cumbre de La Web Descentralizada de San Francisco, Berners-Lee apuntó que en los comienzos de Internet se pensaba que el dominio del mercado lo liderarían los servicios exclusivos en línea de America Online, Compuserve o Prodigy, ya que buscaban poner orden dentro de la Web. No obstante, la Web ganó. “Puedes hacer que un jardín sea bonito y agradable, pero la selva siempre es más atractiva a la larga”, dijo en este congreso. A día de hoy, sigue manteniendo la opinión de que esto puede suceder de nuevo gracias a proyectos como Solid u otros sistemas de descentralización, y a que la gente se canse de no tener el control de sus datos.

La otra cara de la moneda

Por otro lado, la descentralización también tiene sus inconvenientes. Según ha declarado Berners-Lee, al crear la Web pensaron que se utilizaría para construir un sistema donde primase la verdad científica. Sin embargo, “creo que las personas que han estado navegando en el último año pueden asegurar que la Web ha producido más cosas falsas que verdaderas. Esto se debe probablemente al modelo de ingresos vigente, ya que anima a que los contenidos estén pesados para hacer click”.

Por este motivo, se podría pensar que la mejor opción es que todo se centralice para poder filtrar cuáles son los contenidos de calidad y cuáles no. No obstante, el británico se posiciona en contra de que unas pocas compañías tengan el poder de decidir qué es lo verdadero o lo que consta de calidad. Cree que la apertura juega un papel importante para hacer de la Web un lugar veraz. Como ejemplo, señala a Wikipedia, ya que, a pesar de no ser perfecta, tiene un sistema de gobernanza que coordina a miles de voluntarios en la búsqueda de lo que es cierto y lo que no.

Con esto, pretende realzar el mensaje de que la Web no es sólo un sistema tecnológico, sino un cúmulo de esfuerzos por parte de muchas personas. Por ello, su futuro dependerá tanto de la gente que la componga como de las nuevas soluciones tecnológicas.

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