Con esta herramienta los investigadores han conseguido elaborar un mapa tridimensional de la superficie oculta por la vegetación, con el fin de identificar posibles restos de la mítica Ciudad Blanca
Un equipo de investigadores hondureños y estadounidenses ha descubierto una ciudad oculta bajo la selva hondureña empleando técnicas avanzadas de digitalización de mapas tridimensionales mediante la tecnología de pulsos láser del sistema LIDAR. A partir del mapa digital en 3D de la topografía de la superficie de la selva, los científicos han logrado identificar importantes movimientos de tierras que ponen de relieve la existencia de grandes plazas, montículos y hasta una pirámide que podrían pertenecer a la mítica Ciudad Blanca, también conocida como la Ciudad del dios Mono.
Este importante hallazgo oculto bajo la densa selva hondureña es el resultado de un ambicioso proyecto integrado por científicos de la Universidad de Houston y del Centro Nacional de Cartografía Láser Airbone –NCALM–, para el uso de nuevas técnicas de rastreo e identificación de yacimientos arqueológicos basadas en el sistema Light Detection and Ranging, también conocido como LIDAR.
Tecnología punta la servicio de la arqueología
Los investigadores del NCALM sobrevolaron la extensa zona de selva de la región de La Mosquita con un avión equipado con un sistema LIDAR. Esta tecnología permitió bombardear el terreno arbolado con miles de millones de pulsos láser con el fin de medir los tiempos de rebote con los objetos encontrados a su paso, dando como resultado una densa nube de puntos LIDAR para digitalizar la superficie.
Gran parte de esos pulsos son reflejados por la vegetación existente, pero una pequeña fracción de ellos si que consigue llegar hasta el suelo. Un ordenador con un sofisticado software de digitalización de imágenes en 3D es el encargado de aislar matemáticamente los puntos reflejados por el terreno de los reflejados por la vegetación. Mediante la interpolación de las coordenadas tridimensionales de la superficie resultante, los científicos consiguieron elaborar el mapa tridimensional de la superficie que dejó al descubierto la topografía de este legendario asentamiento.
Entre la topografía digital se ha conseguido identificar montículos y estructuras lineales espaciadas de forma regular por la superficie, que permiten concluir la existencia de al menos dos ciudades ocultas bajo la zona boscosa. La resolución de las imágenes obtenidas permitirá a los investigadores estudiar con detalle las estructuras existentes, para elaborar un mapa de los asentamientos con el fin de poder estudiarlas in situ por arqueólogos a partir de noviembre.
Los arqueólogos ponen en valor el potencial de la tecnología de pulsos láser en la supuesta localización e identificación de los restos arqueológicos de la mítica Ciudad Blanca, en comparación con las técnicas convencionales de exploración in situ llevadas a cabo durante décadas sin obtener resultado alguno. Aunque los arqueólogos tampoco descartan la idea de que esta ciudad no exista y que los restos identificados por el sistema LIDAR no sean más que restos de otras ciudades Mesoamericanas.
En cualquier caso, la experiencia desarrollada por los investigadores NCALM servirá de base para desarrollar con rapidez y precisión estudios previos para futuras prospecciones arqueológicas, que ayuden a dar respuesta a las incógnitas sobre nuestra historia y el origen de las civilizaciones.
Imágenes | vía NCALM