Un estudio realizado en EE.UU descubre un método para realizar diagnósticos eficaces en las primeras etapas. Un sencillo análisis de sangre que permitiría evitar otras formas de diagnóstico más costosas, dolorosas y menos eficaces
En Europa más de 7 millones de personas se ven afectadas en la actualidad por el mal de Alzheimer. Eso implica que por desgracia a la mayoría de nosotros nos toca de cerca esta enfermedad al afectar a un familiar o ser querido. Además, a medida que la población de los países desarrollados envejezcqa, aumentará el número de personas afectadas.
Hay multitud de frentes abiertos para luchar contra esta enfermedad. Hace sólo una semana os hablamos de un interesante avance que permitirá estudiar con más facilidad el Alzheimer en el laboratorio, hoy contamos un prometedor descubrimiento que podría ayudar a mejorar de forma sustancial el diagnóstico precoz del Alzheimer.
En la actualidad existen dos métodos aceptados para el diagnóstico de esta enfermedad neurodegenerativa. El primero es mediante un escáner cerebral que permite detectar las placas de proteínas causantes del mal. La otra es medir los niveles de las proteínas tau y la enzima β-amiloide a partir de la extracción de líquido en la médula espinal. Debido a lo dolorosa de esta segunda prueba y que además es poco certera en las primeras etapas, se han estado buscando durante décadas otras vías para poder realizar un diagnóstico precoz del Alzheimer y fiable, aunque sin demasiado éxito hasta la fecha.
Valores alterados en los análisis de sangre en personas afectadas
Como todas las noticias sobre avances médicos y descubrimientos que se publican, hay que tomarlos con cautela a la espera de más pruebas que verifiquen los primeros resultados. En este caso un equipo de la Universidad de Georgetown hizo un seguimiento a lo largo de 3 años a un grupo de personas de más de 70 años en comunidades de Nueva York y California. El objetivo era averiguar si existía alguna variación en la sangre en las personas que se les diagnostica Alzheimer. Para ello se les tomaron muestras de sangre para analizarlas con un espectrómetro de masas y poder conocer su composición al detalle.
Tres años después, del grupo total 53 personas sufrían Alzheimer o deterioro cognitivo leve, de los cuales, 18 no habían mostrado ningún síntoma al inicio del estudio. Los científicos a continuación compararon las muestras de sangre de estas 53 personas con otras tantas de personas que se habían mantenido sanas. El resultado fueron alteraciones en los niveles de 10 sustancias químicas incluyendo los fosfolípidos, que entre otras funciones son componente estructural de la membrana celular.
Finalmente, para comprobar si los niveles anormales en la sangre de estas personas eran biomarcadores válidos para el diagnóstico precoz del Alzheimer se midieron los mismos niveles en 41 personas de la misma comunidad que habían desarrollado también la enfermedad. El resultado fue que en el 90% de los casos, los niveles estaban igualmente alterados.
Aunque muchos expertos mantienen su precaución ante la importancia de este estudio, afirman que debido a la sofisticación del estudio, el resultado es muy prometedor. El siguiente paso es replicar el estudio en otras comunidades para verificar que los niveles alterados en la sangre no son sólo propios de las comunidades estudiadas.
Paliar los síntomas mediante el ejercicio diario de la mente
Este avance es importante porque permitirá iniciar los tratamientos contra el mal de Alzheimer en las primeras etapas de la enfermedad, fundamental para retrasar los síntomas. Santiago Ramón y Cajal decía que “todo hombre puede ser, si se lo propone, escultor de su propio cerebro”. Y es que una vida sana y el trabajo diario a través de ejercicios cognitivos son fundamentales para no perder capacidades.
Las terapias no farmacológicas contra el Alzheimer se enfocan principalmente en ejercitar el cerebro para paliar los síntomas ante la falta de medicamentos eficaces. Una de las vías que se utiliza en estas terapias es la personalización a partir de los recuerdos de cada paciente. Hace meses hablamos en el Blog Think Big de Alzhup una app del emprendedor Marcos Valenzuela que a partir de esta terapia personalizada busca despertar los recuerdos de cada paciente y evitar el deterioro cognitivo. Mis recuerdos es otra iniciativa similar, actualmente en periodo de pruebas y pendiente de salir al mercado.
Imagen Active Minds