El gobierno de Dinamarca tiene previsto crear 9 islas artificiales cerca de la costa de Copenhague, un área que se bautizará como Holmene.
El Estado danés se ha caracterizado a lo largo de los últimos años por favorecer desarrollos sostenibles, entre ellos, el de las energías renovables. También se ha definido por arrostrar proyectos arriesgados, que se salen de lo convencional. Y aquí se enmarca su plan para crear un archipiélago de islas artificiales junto a Copenhague.
Ganarle terreno al mar es un viejo truco del ser humano para expandirse cuando no puede hacerlo tierra adentro. Tradicionalmente, se hace mediante la acumulación de sedimentos en las costas. Pero ahora existe otra opción: crear auténticas islas artificiales. La acumulación de material se produce de forma calculada en zonas de mar abierto, donde es posible sobrepasar el nivel de superficie.
Dinamarca ha elegido este camino para crear un entorno propicio para el comercio y los negocios sostenibles. Serán 9 islas artificiales, que contarán en total con 3 millones de metros cuadrados. Para hacerse una idea de la extensión, el archipiélago tendrá un 30% más de superficie que el Principado de Mónaco.
El conjunto de islas artificiales se llamará Holmene y las autoridades danesas esperan que sea un centro de negocios sostenible. Esta ambición llega al punto de mencionar un posible "Silicon Valley europeo", en palabras del líder de la cámara de comercio del país, Brian Mikkelsen.
Un proyecto a largo plazo
La construcción de Holmene se hará mediante la acumulación de 26 millones de metros cúbicos de material de construcción. Son toneladas de materiales sobrantes en proyectos de construcción que tienen lugar en esa área. Todo este remanente se recoge y se lleva al lugar donde se levantarán las islas.
Está previsto que el proyecto empiece en 2022. Seis años después, la primera isla estará operativa. Pero no será hasta el año 2040 cuando se complete la construcción total del archipiélago.
Habrá mucho más que una mera acumulación de material de construcción. Holmene tiene en cuenta el valor del entorno medioambiental. Una muestra de ello es que se apoyará la fauna y la flora marina en la región mediante la creación de isletas. También favorecerá el establecimiento y el crecimiento de coral.
La energía eólica será la forma en que estas islas artificiales obtengan electricidad. Este es un campo que Dinamarca conoce bien. Desde hace años, emplea aerogeneradores para nutrir una parte importante de su mix energético. Las compañías danesas, además, participan en proyectos a gran escala de molinos de viento sobre el mar.
Imágenes: arrrl, Urban Power