El espacio Fudación Telefónica acoge hasta el 28 junio la exposición de Doña Angelita, una visionaria adelantada a su tiempo que creó el primer eBook.
En 1949 fue patentado el primer eBook en España. Su creadora fue una maestra leonesa, Ángela Ruiz Robles, nacida en Villamanín en 1895. Se trata de una figura creativa, innovadora y emprendedora, adjetivos de los que se abusa en la actualidad hasta convertirlos en etiquetas aburridas y banales, pero que en el caso de doña Angelita –que con ese apelativo cariñoso ha pasado a la historia de la pedagogía patria-, cobran todo su significado primigenio y su esplendor original.
En efecto, esta figura singular diseñó y fabricó en plena posguerra un dispositivo interactivo para la enseñanza basado en la mecánica y la electricidad, que contenía todos los conocimientos que tenía que aprender el alumno, y que estaba destinado a sustituir a los distintos libros de texto de las distintas asignaturas. Es decir, inventó un primitivo eBook.
Dña. Angelita ejerció de maestra en Galicia desde los años 20 hasta la década de los 60 del pasado siglo. Obtuvo en 1918 la plaza de docente en Santa Uxia de Mandiá, cerca de Ferrol, que ocupó durante diez años. En los años 30 lleva la gerencia de la Escuela Nacional de Niñas del Hospicio y en la década siguiente la encontramos de profesora de la Escuela Obrera gratuita y del Colegio Ibáñez Martín, del que será directora desde 1959 hasta su jubilación.
Tiene en su haber una interesante obra sobre pedagogía que asciende hasta los dieciséis títulos, entre los que destacan Compendio de ortografía castellana, Ortografía castellana y Taquigrafía martiniana abreviada moderna, todo ello publicado entre 1938 y 1946.
A su intensa vocación pedagógica hay que sumarle su carácter emprendedor que queda patente por el hecho de que abre una academia, Elmaca (nombre formado por las primeras letras de los nombre de sus tres hijas), en la que imparte formación a adultos, tanto para la preparación de oposiciones a aduanas, correos y telégrafos, como para el ingreso en estudios mercantiles.
Pero además Ángela Ruiz era una mujer creativa e innovadora que pensaba que otra educación, distinta de la que se impartía en su época, era posible. Su obsesión era facilitar el proceso de aprendizaje del alumno y acercarle el conocimiento de la forma más directa posible. Y entonces comenzó a diseñar libros mecánicos.
Básicamente, doña Angelita orientó sus esfuerzos a aplicar la mecánica y la electricidad para crear un nuevo concepto de libro de texto, mucho más atractivo y accesible para el alumno. Su experiencia en este campo se origina en 1944 con el diseño de un atlas científico-gramatical, que sirve para dar a conocer España con gramática, sintaxis, morfología, ortografía y fonética; pero no es hasta 1949 en que obtiene su primera patente de “un procedimiento mecánico, eléctrico y a presión de aire para la lectura de libros”.
El ingenio recibió el nombre de Enciclopedia Mecánica y fue construido en el Parque de Artillería de Ferrol bajo la supervisión de su diseñadora. El objeto de esta máquina/libro era, en palabras de Ángela Ruiz, aligerar el peso de las carteras de los alumnos, hacer más atractivo el aprendizaje y adaptar la enseñanza al nivel de cada estudiante.
La apariencia de la Enciclopedia era la de un maletín que se abría como un libro y que incluía todas las asignaturas y materias que estudiaban los alumnos de la época.
El invento de doña Angelita consta de dos partes:
• La izquierda lleva una serie de abecedarios automáticos, en todos los idiomas: con una ligerísima presión sobre un pulsador se presentan las letras que se deseen, formando palabras, frases, lección o tema y toda clase de escritos. En la parte superior de los abecedarios lleva a la derecha una bobina con toda clase de dibujo lineal, y en la de la izquierda otra con dibujo de adorno y figura. En la parte inferior de los abecedarios se encuentra un plástico para escribir, operar o dibujar. La parte interior presenta un estuche para guardar asignaturas.
• En la parte de la derecha van las asignaturas, que pasan por debajo de una lámina transparente, pudiéndose aumentar e incluso iluminar. A la derecha e izquierda de la parte por donde pasan las materias lleva dos bobinas donde se colocar los libros para leer en cualquier idioma; por un movimiento de las mismas pasan los temas a estudiar.
Sistema automáticos y luminosos que hay que accionar y pulsar, concentración de ingentes cantidades de información, pantallas para escribir: todo un primitivo libro electrónico.
La enciclopedia mecánica de Doña Angelita
Fundación Telefónica ha querido recordar la figura de Ángela Ruiz Robles con la exposición La Enciclopedia Mecánica de Doña Angelita que se exhibe en el Espacio Fundación Telefónica de Madrid hasta el 28 de junio.
El principal atractivo de la muestra es poder contemplar una de las Enciclopedias Mecanicas, si bien no es el modelo original de 1949 sino uno basado en la segunda patente de 1962. Esta segunda versión simplificada mantiene el concepto de concentrar todos los temarios en un solo dispositivo que evite tener que utilizar distintos libros, si bien prescinde de todos los sistemas de pulsación mecánica o eléctrica eliminando los elementos móviles.
Como anécdota final, parece ser que en 1970 desde Washington le llegó a doña Angelita una oferta por la patente de su particular invento, pero ella prefirió que su libro se quedase en Galicia y más en concreto en Ferrol, su ciudad. Y otra anécdota: un año después de lo anterior el Instituto Técnico de Especialistas en Mecánica Aplicada S.A. (ITEMASA) planteó la fabricación de un prototipo de la Enciclopedia, pero lo oneroso de la empresa, 100.000 pesetas, desestimó la iniciativa. Se conoce que Ángela Ruiz Robles se había adelantado demasiadas décadas a su tiempo.
Imágenes | Wikipedia y Fundación Telefónica