El proceso de digitalización que se está produciendo en los últimos años está cambiando la forma en la que se realizan muchas actividades cotidianas. Se trata de un proceso progresivo durante el cual las nuevas tecnologías son probadas, aumentando su uso en caso de que gusten, hasta que puede llegar el momento en que son preferidas frente a la alternativa tradicional, incluso hasta renunciar al formato anterior.
Según los datos que nos ofrece el Informe de la Sociedad de la Información en España en 2012, ya son mayoría quienes han llegado a esta última fase respecto a casi todos los tipos de contenidos digitales y a la utilización de Internet para la realización de actividades. Así, según se aprecia en la siguiente gráfica, dos de cada tres personas renunciarían a los formatos físicos de contenidos frente a los formatos digitales (de entre quienes han probado ambos formatos) en prácticamente todos los tipos de contenidos analizados. Tan solo en el caso de la lectura de libros, objeto muy arraigado entre la población y que posee incluso connotaciones importantes como elemento cultural, el porcentaje de usuarios que renunciarían al formato físico es inferior aunque alcanza la nada desdeñable cifra del 40%.
Figura 1. Personas que renunciarían al formato físico frente al digital al acceder a contenidos
Si nos referimos a actividades que se pueden realizar a través de Internet, se puede constatar la misma tendencia y las personas son capaces de renunciar principalmente a los procedimientos tradicionales frente a los basados en Internet. En la Figura 2 se muestra cómo para la mayoría de actividades, las personas prefieren la vía electrónica (de entre quienes han probado ambos formatos), con la única excepción de la actividad de comprar.
Figura 2. Personas que renunciarían al formato físico (actividades)