Cuando hablamos de drones nos referimos a vehículos no tripulados. Y, por regla general, se trata de pequeñas aeronaves que sirven para vigilancia, grabación de imágenes y otras tareas lúdicas o profesionales. Pero los drones también tienen mucho que hacer en las profundidades del mar. Los drones submarinos son una gran ayuda para escudriñar el fondo marino y realizar tareas de divulgación, cartografía o vigilancia.
Los vehículos submarinos no tripulados o drones submarinos se conocen también por sus siglas en inglés: UUV, Unmanned Underwater Vehicle. También se pueden llamar vehículos submarinos autónomos. Por sus siglas en inglés AUV, Autonomous Underwater Vehicle. Al igual que sus equivalentes aéreos, llegan allí donde el ser humano no puede. En esta ocasión, debido a las altas presiones o a que se trata de lugares recónditos o grandes superficies difíciles de abarcar.
El pasado mes de septiembre, la Armada española anunciaba la adquisición de dos vehículos de este tipo. Dos drones submarinos que ayudarán a la unidad de buceadores de la Fuerza de medidas Contra Minas (FMCM) y el Instituto Hidrográfico de la Marina. Y entre sus muchas particularidades, ambos vehículos son españoles. En concreto, de la empresa catalana Iqua Robotics, con sede en Girona y que cuenta con varios modelos exclusivos, como el Girona 500 o el Sparus II.
Drones submarinos para conocer el fondo del mar
Los drones adquiridos por la Armada son dos modelos Sparus II. Además de ser autónomos, se pueden programar para cubrir una ruta y realizar tareas específicas sin necesidad de que haya nadie al volante. Ni presencialmente ni a distancia. Todo ello gracias a los sistemas de navegación, control y comunicaciones que incorpora este dron submarino o vehículo submarino autónomo. Es más. Con los sensores que incorpora puede reaccionar en tiempo real y cambiar de trayectoria si es necesario.
Esos dos drones en particular, se dedicarán a misiones relacionadas con la confección de mapas del fondo marino. Empleando para ello sonares acústicos y cámaras ópticas. El propio dispositivo se encargará de adquirir todos los datos necesarios para saber más de qué hay en las profundidades. Para ello cuenta con GPS y sensor de presión, entre otros elementos de navegación.
El modelo Sparus II es un dron submarino que puede navegar a profundidades de 200 metros bajo el nivel del mar. Y está pensado precisamente para tareas de exploración del fondo marino. Su peso aproximado es de 52 kilogramos y tiene una longitud de 1,65 metros. Puede alcanzar velocidades de 3 nudos y funciona con un sistema de baterías de iones de litio de 1,9 kWh. Según su configuración, alcanza autonomías de entre 8 y 10 horas de funcionamiento. De manera que puede transportarse en barcos de pequeñas dimensiones y desplegarse directamente en la zona de exploración o ponerlo a funcionar desde la costa.
Tecnología e innovación ‘made in Spain’
Iqua Robotics tiene su sede en el Parque Científico y Tecnológico de la Universidad de Girona. Y es una empresa que surge al amparo de esta universidad para la investigación y desarrollo de tecnología relacionada con la robótica y la exploración marina. Fundada en 2016, está especializada precisamente en el diseño y fabricación de vehículos submarinos autónomos y demás soluciones relacionadas con la robótica submarina.
Además del Sparus II, cuenta con otro dron submarino, el Girona 500. Similar al modelo anterior, puede sumergirse a 500 metros de profundidad. También es autónomo, programable y está compuesto por una carcasa de aluminio que soporta tres cascos en forma de torpedo. Tiene una longitud de 1,5 metros, pesa 140 kilogramos y su sistema de baterías ofrece una autonomía de 6 horas con sus 2,9 kWh.