¿Has intentado alguna vez editar una presentación online sin descargarla? ¿Te has vuelto loco tratando de cambiar un diagrama o el diseño de un PowerPoint online? ¿La respuesta era tan lenta, tan fastidioso mantener el formato y el alineamiento que, al final, has decidido bajar el archivo y editarlo directamente en local? Seguro que sí…
¿Has tratado alguna vez de subir un archivo muy importante pero muy pesado? Hablo de archivos de varios Gb. ¿Quizás el vídeo de tu boda? ¿La gigantesca PPT de una oferta comercial que ha necesitado cientos de horas de trabajo? Si lo has hecho, seguro que te ha desesperado ver lo lento que avanzaba la barra de progreso de la subida, o te has frustrado mientras los minutos pasaban viendo girar el omnipresente reloj de arena del servicio de subida…
¿Alguna vez has comprado el videojuego de moda y has llegado a casa deseando jugarlo sólo para encontrarte con una actualización obligatoria que te obliga a esperar 10, 20 o incluso 30 minutos antes de poder jugar?
Todos estos son algunos de los muchísimos ejemplos de cosas que ocurren diariamente, y que son tan banales, que se han convertido en parte de la experiencia de trabajar en un mundo online. Nos enfrentamos a ellas aceptando la frustración inherente que nos producen, porque esos servicios son, con todo, una mejora radical con respecto a los métodos con los que trabajábamos en el pasado.
Es verdad, la nube nos ha traído un nuevo abanico de experiencias, nuevos servicios y grandes mejoras en la productividad. Con su ubicuidad, economía de escala y aparente infinita capacidad, la nube es una manera barata, práctica y escalable de ofrecer servicios globales.
¿POR QUÉ ESTAMOS GASTANDO TANTO DINERO EN TELÉFONOS, ORDENADORES, CONSOLAS… SI LA MAYORÍA DEL PODER DE COMPUTACIÓN PUEDE ESTAR EN LA NUBE Y SER, SENCILLAMENTE, MOSTRADA EN NUESTRAS PANTALLAS?
La respuesta es compleja. Valoramos la inmediatez, el control y la personalización. Atributos que el cloud aún no termina de ofrecer de manera satisfactoria. La inmediatez es simple; no nos gusta esperar. Por eso, aunque es más práctico y económico guardar nuestro contenido o servicios en mega data centers al otro lado del planeta, no queremos esperar para que nuestro vídeo arranque, para que nuestra búsqueda aparezca en la pantalla, para nuestro que nuestro personaje en un juego multijugador reaccione…
El control es más delicado. La privacidad, seguridad y los mandatos regulatorios son complicados de cumplir al 100% en un internet hiper distribuido y descentralizado. Por eso, aunque confiamos en nuestra cuenta de almacenamiento online, aún guardamos una copia de los archivos en nuestro disco duro, las fotografías en nuestros teléfonos y los juegos en nuestra consola.
La personalización es todavía más elusiva. Los servicios Cloud hacen un magnífico trabajo a la hora de entender nuestro historial de compras, visualizaciones, likes, etc. Pero aún parece existir un link perdido entre esos servicios y el contexto real cuando, por ejemplo, estás teletrabajando y quieres asegurarte de que tu servicio de videoconferencia va a funcionar de manera fluida mientras tus hijos juegan en la consola y hacen livestreaming de vídeo en calidad 4K.
Como podemos observar, aún hay servicios y experiencias que la nube no logra satisfacer completamente. Para esos servicios, seguimos confiando en aparatos carísimos en casa o en el trabajo y aceptando las limitaciones tecnológicas existentes.
El Edge Computing y la personalización de servicios es el proyecto de Telefónica Networks Innovation que promete solventar estos problemas, ofreciendo lo mejor de la nube y lo mejor de los servicios “in situ” a tus servicios.
La idea consiste en distribuir el cloud de Telefónica más allá de los datacenters, y desplegar los servicios más cerca de los usuarios. Basándonos en el concepto de UNIC@ de virtualización de red, aplicado a nuestros accesos de red (móvil, fibra residencial y empresa), el Edge computing nos permite desplegar servicios, contenido e inteligencia a apenas unos milisegundos de tu ordenador, tu teléfono o tu consola.
¿Cómo funciona?
Es sencillo. Un datacenter es desplegado en nuestro central office, basado en una arquitectura e interfaces abiertos, permitiéndonos desplegar nuestra TV tradicional, telefonía móvil y fija, Internet residencial y servicios corporativos. Entonces, como la infraestructura está virtualizada y abierta, permite desplegar servicios de terceros de manera extremadamente rápida. Ya sean de tu proveedor de juegos favorito, de tu aplicación de ofimática empresarial de confianza o tus aplicaciones móviles. Además, el proyecto ha virtualizado y desagregado parte de nuestras redes de acceso (virtual OLT para la fibra, virtual BBU para el móvil y WAN para las empresas) simplificándola de manera radical.
El resultado es, probablemente, la primera plataforma multiacceso a nivel mundial para residencial, empresarial y móvil sobre edge computing completamente programable. Esta plataforma nos permite por primera vez, provisionar un transporte único, un único rango de servicios para todos nuestros clientes, donde lo único que diferenciamos es el acceso.
¿Qué cambia esto?
Pues, básicamente… todo. De repente puedes subir un archivo de 1Gb a tu servicio de almacenamiento personal en apenas 6 segundos en vez de en los 5 minutos que tardarías en subirlo a la nube. Puedes también jugar online en el modo multijugador que prefieras y sin consola. Puedes editar vídeo y fotografía online sin tener que descargar nada… Y estos son sólo algunos de los servicios que estamos mejorando. ¡Estamos trabajando en un montón de nuevas experiencias que te sorprenderán!