Un algoritmo creado a partir de una investigación ha reducido enormemente el tiempo de conexión con las redes Wi-Fi y su tasa de errores.
Cuando hablamos de redes Wi-Fi, uno los factores clave a la hora de valorar tanto los dispositivos que utilizamos como el router, mucho antes de la velocidad de bajada o subida, es el tiempo en que tardamos en conectarnos a los routers, desde que activamos las redes inalámbrica hasta que se establece conexión y nuestra vida cobra sentido de nuevo. Un equipo de investigadores de la Universidad de Tsinghua ha llevado a cabo un estudio en el que se preguntaban sobre las causas de ese tiempo que como usuarios se nos hace eterno, y esto es lo que han hallado.
En una serie de pruebas que han requerido medir el tiempo de conexión de 400 millones de sesiones con Wi-Fi con la popular aplicación para Android Wi-Fi Manager, que permite visualizar y medir los distintos pasos del proceso de conexión, han logrado encontrar las causas del retardo y cómo mejorarlo. Lo que han encontrado es que las conexiones fallan un 45% de las veces, y que un 15% del total de intentos conlleva esperar un tiempo mayor a cinco segundos. Es el paso de negociación de la IP, que se lleva a cabo con el protocolo DHCP, el que suele dar más quebraderos de cabeza.
Una de las causas principales es la diferencia existente entre redes públicas y privadas, con las segundas ofreciendo a menudo muchos problemas. A esto se suma la potencia y el software del dispositivo que trata de conectarse. Esto último se vio claramente en los resultados obtenidos entre dos de los terminales empleados, un Meizu M1 Note y un M2 Note. Éste último, más moderno y potente, conectaba relativamente más rápido. Además, en otra prueba de dos dispositivos con el mismo chip, el Exynos 7420, se observó que el software de Meizu ralentiza los procesos en redes que operan en la frecuencia de 5 GHz frente a una variante más optimizada de Samsung.
Un algoritmo de aprendizaje es la herramienta que han creado para solventar los problemas, programando para que elija la red o punto de acceso que más velocidad de conexión va a ofrecer. Tras clasificarlos en lentas o rápidas con las características aprendidas en el entrenamiento, y dejar que el algoritmo elija «libremente», han conseguido reducir los fallos de un 33% a un 3.6%. Además, el tiempo de conexión se ha reducido 10 veces. Lo que no queda claro es si por necesidad de cálculo y procesamiento, es factible su implementación en los sistemas de elección de redes de dispositivos móviles.