Las herramientas tecnológicas se han convertido en grandes aliadas para el hombre, y en el caso del Titan no son la excepción. De hecho, es uno de los que más ha acaparado miradas y opiniones alrededor del mundo.
En este artículo te contaremos sobre este caso y cómo el uso de drones y robots resultó fundamental.
Titan, un caso que eriza la piel
No es necesario pensarlo dos veces para saber que naufragar en medio de la inmensidad del mar es de las cosas más terribles que pueden suceder. Sin embargo, el caso del OceanGate es un poco diferente. Vamos primero con un poco de contexto para entender la magnitud de esto.
A bordo de este sumergible viajaban cinco integrantes. Entre ellos, Hamish Harding, presidente de la compañía Action Aviation; Shahzada Dawood, vicepresidente de Engro, y su hijo Suleman; el experto buceador francés Paul-Henri Nargeolet; y Stockton Rush, director general de OceanGate Expeditions.
Esta compañía ofrecía una expedición para ir a ver los restos del Titanic. La compañía cobra 250.000 dólares por turista; y para lograr el objetivo OceanGate Expeditions construyó el Titan en 2021.
Pero, ¿por qué hacer esto? Al pensar en este caso, la idea parece descabellada. Según cifras del 2022 de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, solo el 20% del océano ha sido cartografiado.
Por ende, pretender llegar hasta donde se hallan los restos del Titanic es algo completamente desafiante.
El sumergible implosionó
El 18 de junio, el Titan emprendió su aventura con los cinco ocupantes. Desde luego, sin imaginar lo que iba a suceder. Y es que la presión del agua a medida que se baja es gigante. Se estima que hasta donde quería llegar el sumergible es como tener 20 elefantes encima.
Después de conocer que el Titan había naufragado, comenzó una búsqueda sin precedentes debido a que tenían pocas horas de oxígeno de emergencia.
Barcos, drones y robots en la búsqueda del Titan
Tras perder el contacto con los ocupantes, comenzó una búsqueda sin precedentes. Varios países se unieron con la expectativa de encontrar la embarcación y a sus ocupantes con vida.
Sin embargo, en las profundidades del océano hace mucho frío y es muy oscuro. Esto, sin duda, complicaba las labores de búsqueda. Cuando se enfrentan los naufragios los esfuerzos por encontrar vida son indispensables.
En este caso, se dispuso de la más alta tecnología para lograr el objetivo. Estados Unidos, Canadá, Francia y Reino Unido participaron en esta labor. Para eso, usaron aviones, barcos, robots y drones.
El uso de la tecnología avanzada fue clave
Un avión de la patrulla marina P3, detectó sonidos inusuales que podrían ser del Titan. A partir de esa pista usaron drones marinos que llegaran a las profundidades del océano. Igualmente, se emplearon 5 barcos que contaban con inspección audiovisual y acústica.
También, participó en la búsqueda Víctor 6000. Una unidad submarina francesa que funciona a control remoto y dispone de cámaras. Este robot era capaz de bucear hasta los restos del Titanic, el cual está a casi 4.000 metros de profundidad.
Igualmente, se desplegaron dos vehículos robotizados. Estos tienen dos brazos mecánicos que pueden retirar escombros. El ROV, operado a control remoto por el buque canadiense Horizon Arctic, permitió hallar un campo de escombros. Gracias a ello se pudo determinar que el Titan sufrió una implosión catastrófica.
Sin duda, la tecnología es una gran aliada para todos los procesos por los que pasamos. No importa si son simples o complejos. Desde drones, robots y hasta la inteligencia artificial, se vuelven aliados para lograr lo imposible.
De hecho, ya se ha visto cómo los drones han facilitado el rescate en situaciones de emergencia. Y, también, cómo la IA está mostrando, que se pueden derribar barreras y cambiar realidades.
Casos como el del Titan demuestran que el uso de la más alta tecnología, como los drones, se convierten en el camino para encontrar la solución. Esto demuestra que, los avances tecnológicos, son excelentes aliados.
