Electrónica en un coche

La electrónica en un coche nuevo supone el 40% de su coste

La presencia de la electrónica en un coche nuevo es tal que este aspecto alcanza el 40% del coste de fabricación del vehículo.

Hace una década era impensable que la electrónica en un coche supusiera un porcentaje tan elevado de su coste de fabricación. Y no digamos dos décadas atrás. Pero un análisis de Deloitte deja claro el protagonismo de esta tecnología en el sector de la automoción. Más aún, le ha puesto cifras. Hoy en día, un automóvil nuevo tiene tantos componentes electrónicos y tan punteros que su coste es el 40% del total del vehículo.

Evidentemente esto supone un salto cuantitativo importante respecto a años atrás. La misma consultora estima que en 2010 la electrónica suponía un porcentaje mucho menor del coste de fabricación. Estaría en un 27%. Hablamos de un tiempo en que ya empezaban a surgir como una tendencia los coches conectados.

Si echamos la vista más atrás aún, la electrónica tiene un peso más reducido. En el año 2000 el 18% del coste de un vehículo provenía de los componentes electrónicos. Y es que la presencia de esta tecnología en los automóviles viene de muy atrás, pero solo en los últimos años se ha acentuado.

En los años 60 los chips disminuyeron de tamaño y aumentaron en potencia. Era el comienzo de una carrera por la microinformática que no se ha detenido. De los grandes mainframes y computadoras que ocupaban salas enteras se pasó a los ordenadores personales. Pero en ese entreacto los chips seguían manando a otros sectores, como el hogar o la automoción.

Electrónica en un coche

Los electrodomésticos y aparatos electrónicos empezaron a utilizar estos microchips. También los vehículos, con asombrosa utilidad. Gracias a la nueva tecnología se logró la adopción masiva de sistemas de antibloqueo del freno, por ejemplo. Y más adelante llegarían sensores para regular las luces o automatizar los limpiaparabrisas.

Una tendencia a la alza

Al igual que todos estos pequeños avances nos parecen hoy en día problemas resueltos, lo mismo ocurrirá con otras funciones de los vehículos donde la electrónica será si cabe más intensiva. Deloitte prevé que en el año 2030 estos componentes representen el 45% del coste de un automóvil.

No es de extrañar teniendo en cuenta lo que viene. Sin entrar en la conducción autónoma, solo con el coche conectado la electrónica dispara su papel. Los servicios digitales que ofrecen los vehículos son cada vez más. A esto se suma una mayor adaptación de las interfaces y las funcionalidades a los usos que se dan en un automóvil.

En este campo, el servicio Movistar Car ofrece 10GB de navegación, para evitar que el usuario consuma su tarifa móvil. Da acceso a un navegador que calcula el tráfico y tiene avisos de radares, al tiempo que permite conocer siempre dónde está tu coche mediante GPS.

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