El uso de energías renovables cobra cada vez más importancia. En este escenario, aprovechar el potencial del desierto para generar electricidad ha captado la atención de investigadores y visionarios. Para hacer realidad esta visión, los proyectos de cables submarinos se han convertido en una solución prometedora para transportar la energía del desierto hacia Europa.
Veamos algunos de estos proyectos y las alternativas que se están considerando para llevar a cabo esta hazaña energética.
¿Es viable extraer energía del desierto?
La idea de instalar plantas fotovoltaicas solares en el desierto para extraer energía es prometedora. En estos lugares hay altos niveles de radiación solar y un espacio ilimitado para paneles solares. Sin embargo, los desarrolladores de proyectos deben considerar y superar algunos desafíos para instalarlas eficazmente.
Tales retos se manifiestan, especialmente, cuando el objetivo es exportar la energía. A este respecto, se plantea inicialmente utilizar cables submarinos; sin embargo, es una solución compleja, porque:
- La longitud del cable requerido para el proyecto es enormemente extensa, lo que implica altos costos.
- La seguridad es un factor crucial. El cable se encontrará en las profundidades del Mar Mediterráneo, sin duda esto plantea desafíos para su mantenimiento y protección.
- Hay pérdidas de energía durante la transmisión en una distancia tan amplia. Estas podrían superar el 2% de la energía transmitida. Esto plantea interrogantes sobre la eficiencia y la viabilidad económica del proyecto a gran escala.
¿Qué proyectos tratan de exportar energía del desierto?
Europa tiene una alta demanda energética, por esto hoy se ejecutan diversos proyectos. Algunos de estos consisten en llevar energía del desierto, gracias a conexiones energéticas entre el norte de África y el continente europeo.
Estas iniciativas se centran en el transporte de energía limpia y han surgido como alternativas prometedoras. Incluso, mucho más que opciones como el hidrógeno o el transporte de energía eléctrica en barco. Pese a ello, la implementación de estas conexiones submarinas son el gran obstáculo a vencer. Esto se debe a que abarcan aspectos económicos, tecnológicos, ambientales y políticos.
Aun así, hay algunos proyectos que vale la pena rescatar, tales como:
- Proyecto de Xlinks para unir Marruecos y Reino Unido. Se trata de un cable de 3.800 kilómetros de longitud con una inversión de cerca de 20.000 millones de euros. Además del transporte de energía, contempla la creación de un parque energético que genere energía solar y eólica. También se espera que cuente con capacidad de almacenamiento energético.
- Proyecto TuNur y Elmed. El objetivo es unir Túnez con Malta e Italia a través de una serie de cables submarinos directos. Además, estos atravesarían Sicilia y, por supuesto, Malta.
- Proyecto GREGY interconnection. Presentado en 2022, contempla un cable submarino de 1.373 kilómetros de longitud. Con este se busca transportar 3.000 megavatios de energía del desierto entre Egipto y Grecia. La energía provendría de fuentes limpias en Egipto.
- Proyecto Euro-Asia Interconnector. Presentado recién en 2021, busca unir Egipto, Israel y Grecia. Será el cable más largo y profundo instalado para 2025. Además, tendrá una capacidad de aproximadamente 2.000 megavatios.
Otros proyectos considerados para transportar energía a Europa
Además de los proyectos de cables submarinos, están en consideración otras opciones para transportar energía del desierto a Europa. Estas alternativas incluyen:
- Tecnologías de transporte a través de cables de corriente continua de alta tensión o HVDC. Los cables de alta capacidad pueden transmitir grandes cantidades de energía eléctrica a largas distancias. Algo que logra con menores pérdidas de energía que los cables de corriente alterna convencionales.
- Desarrollo de redes inteligentes. Estas permiten un mayor control sobre la distribución y el consumo de energía eléctrica.
- Sistemas de almacenamiento de energía del desierto a gran escala. Así, es posible utilizar la energía producida durante períodos de baja producción, durante la noche o en días nublados.
Sin embargo, la viabilidad de estas opciones depende de diversos factores, como la distancia geográfica, la disponibilidad de recursos naturales y los costos de construcción y operación. Igualmente, es necesario tener en cuenta los impactos ambientales y sociales asociados. Aunque estas alternativas presentan desafíos técnicos y logísticos, su desarrollo y adopción ofrecen soluciones complementarias.
Ciertamente, la ubicación de un proyecto solar en un entorno desértico requiere una planificación exhaustiva. Solo de esta manera se podrá asegurar un retorno de inversión positivo.
Actualmente, presenciamos la implementación de varios proyectos para extraer energía, que están siendo optimizados al máximo. En consecuencia, pronto veremos ciudades sostenibles con el poder del sol proveniente del desierto más cercano.
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