Es muy probable que desde inicios de 2025 hayas escuchado hablar sobre las baterías de Silicio-Carbono. Están en boca de todos y cada vez más marcas están comenzando a utilizarlas, provocando que todas aquellas que todavía no se han sumado a la moda se estén quedando rezagadas. Y, lo cierto es que no es para menos: este tipo de celdas estrenan una tecnología sumamente interesante e influyente en la industria automotriz o la electrónica. Es ese salto que llevábamos esperando durante años para hacer que nuestros móviles, ordenadores, coches y electrodomésticos tengan una vida útil diaria mucho mayor.
El resumen es muy sencillo: una batería de Silicio-Carbono es capaz de almacenar más cantidad de energía en el mismo tamaño que una célula tradicional. Su densidad energética es mayor, por lo que no necesita aumentar el grosor o el peso para tener más cantidad de mAh o kWh que ofrecer. ¿Cuánto más? Actualmente, las principales marcas que las están desarrollando y vendiendo han conseguido sumar entre un 20 y un 40% extra de autonomía.
¿Qué es exactamente una batería de Silicio-Carbono?
Entrando un poco más en materia, las baterías de Silicio-Carbono tampoco son muy complicadas de entender. Siguen siendo celdas de iones de litio, pero el ánodo deja de estar compuesto por grafito puro y pasa a ser una mezcla de silicio y carbono. Esta «aleación» permite almacenar mucha más cantidad de iones de litio de forma estable, de ahí que se considere como una batería capaz de almacenar más cantidad de energía.

La parte importante de esta tecnología, como decimos, es que este ánodo compuesto por silicio y carbono no requiere más espacio para almacenar ese 20-40% de energía extra, por lo tanto, es posible fabricar una batería de Silicio-Carbono del mismo tamaño que una de grafito —las de toda la vida— y obtener más rendimiento de ella. Es decir, más autonomía.
Ahondando un poco más en estos compuestos, debes saber que el encargado de almacenar la energía es el silicio, mientras que el carbono solo tiene el objetivo de estabilizar todo el ánodo. El motivo es sencillo: el carbono es capaz de paliar el aumento de masa del silicio, que puede llegar a crecer un 300% cuando almacena energía. Está en la fórmula para que las baterías de Silicio-Carbono sean estables y mantengan su tamaño cuando se recargan.
¿Cuándo serán una realidad?
Lo mejor de todo esto es que nada de lo que hemos hablado es un proyecto a futuro: las baterías de Silicio-Carbono ya están comercializándose y una gran cantidad de compañías están integrándolas en sus productos. Por ahora, es cierto que la tecnología está siendo explotada solo por fabricantes chinos, pero es cuestión de tiempo que esto cambie. Este detalle hace, por ejemplo, que marcas como Samsung o Apple todavía no estén incluyendo dichas celdas.
Además, aunque son más caras de producir que una celda tradicional de grafito, las baterías de Silicio-Carbono se están viendo muy beneficiadas de la producción en escala, rebajando su precio medio en tiempo récord y haciendo que sean viables en dispositivos de gama media relativamente económicos.

¿Las baterías de Silicio-Carbono son solo para móviles?
No. A pesar de que su popularidad está creciendo en 2025 por su uso en smartphones, lo cierto es que es una tecnología que se puede explotar en casi cualquier tipo de producto. Y, aunque están cumpliendo un objetivo importantísimo en la industria de la electrónica de consumo, uno de los segmentos más beneficiados por estas baterías de Silicio-Carbono son los coches eléctricos.
Marcas como Mercedes-Benz, Porsche o Tesla están incluyendo baterías de Silicio-Carbono en sus coches más avanzados, dotándoles de una autonomía mayor sin condicionar el peso o el tamaño. Reduciendo la escala, nos encontramos con las mismas ventajas en la industria de los smartphones, donde este tipo de celdas nos están permitiendo ver móviles compactos con hasta 7.000 mAh de batería en su interior.
Para rematar la jugada, estas baterías de Silicio-Carbono son capaces de cargarse más rápido sin degradarse tanto y son más amigables con el medio ambiente. El silicio es un material abundante y no tóxico, un detalle que mejora el futuro reciclaje de estas celdas.
Si la autonomía es un factor determinante para ti, a partir de ahora tendrás que sumar una nueva característica indispensable cuando compres un nuevo dispositivo: que tenga una batería de Silicio-Carbono.