La entidad EU-Sysflex busca afrontar las necesidades energéticas de Europa en su transición a un sistema basado en fuentes renovables.
Entre los retos más importantes que afrontan los países en el futuro está el energético. Un sector que hasta ahora ha vivido solo pendiente de los vaivenes del precio del petróleo. A partir de ahora tendrá que llevar a cabo una reconversión integral. El objetivo es la reducción de las emisiones , por tanto, la implantación de renovables. Y aquí es donde entra la EU-Sysflex, una entidad que responde a este reto desde la perspectiva europea.
Esta transición energética, una de las prioridades para los próximos años de la UE, será difícil de llevar a cabo. La EU-Sysflex es un consorcio de organizaciones, liderado por el operador eléctrico de Irlanda EirGrid, que trata de vislumbrar el camino a seguir. Se estableció en 2017 y durará hasta el próximo año. Su misión es circunstancial, pero importante para definir las líneas de actuación futuras.
EU-Sysflex intenta descifrar las claves para un futuro energético sostenible en Europa. Y una de ellas es la coordinación. Sin medidas compartidas por los Estados miembros no se llevará un camino común. Por eso, la entidad es una forma de abrir brecha para un objetivo futuro: una unión europea energética.
A día de hoy los sistemas energéticos de los países ya están interconectados. Unos países venden energía a otros, con lo que las redes nacionales se balancean. Pero las redes deberían ser más flexibles aún. Solo así se podrá caminar hacia una transición con menos sobresaltos.
A esto se añade la necesidad de que la conversión energética a las renovables sea completa en toda la UE. El objetivo es que todos los países avancen hacia este objetivo , no que lo hagan solo los mejor posicionados. Es más, estos deberían servir de apoyo para que aquellos que tienen una transición más difícil puedan llevarla a cabo.
Los méritos europeos
EU-Sysflex pugna por implementar un sistema de operación que favorezca esta meta. Aunque Europa ya avanza hacia las energías renovables con brío. La UE ha dictaminado que en 2030 el 32% de la energía de la región deberá proceder de fuentes renovables.
Un informe de Wood Mackenzie apuntaba que en 2024 la capacidad solar instalada del viejo continente será de 250 GW. Alemania estará a la cabeza de los esfuerzos. Entre 2019 y 2024 colocará 21 GW. España andará cerca, con 20 GW en el mismo periodo.
En el ámbito de la eólica también hay motivos para la esperanza. Aquí destaca particularmente una potencia nada convencional. Se trata de Portugal , que ha pisado el acelerador en este campo.