En el año 2024 la energía solar en Europa superará los 250 GW de capacidad, mientras el ritmo de instalaciones se habrá duplicado en tres años
Las energías renovables se encuentran entre las prioridades de transformación económica de la Unión Europea. Existe un verdadero empuje, no solo en las instituciones europeas sino también en los países, por crear plantas solares y eólicas. Tanto que durante los próximos tres años, el ritmo de crecimiento de la energía solar se habrá duplicado.
Es una estimación contenida en el informe Europe Solar PV Market Outlook 2019, publicado por Wood Mackenzie. En 2024 la capacidad instalada en el viejo continente será de 250 GW. Esto se logrará porque en los próximos tres años las instalaciones de plantas solares crecerán a un nivel de 20 GW por año. Esto supondrá el doble del ritmo actual.
A la cabeza en instalaciones solares estará Alemania, con 21 GW entre 2019 y 2024. Pero España le seguirá muy de cerca. En el mismo periodo instalará 20 GW. Son los dos principales países en este campo. Pero habrá muchos otros.
El informe de Wood Mackenzie señala que siete países europeos instalarán al menos 5 GW de capacidad solar. Habrá otros 18 que instalen más de 1 GW.
Necesidades energéticas sostenibles
Lo que parece claro es que la Unión Europea ha colocado entre sus prioridades las energías renovables. Y no solo desde Bruselas se ha impulsado un proceso de adopción de estas fuentes no contaminantes. Los propios países del viejo continente parecen ver con mayor claridad que el futuro se dirige hacia allí.
En Holanda se ha instalado la planta solar flotante más grande del continente. Un hito técnico que abre nuevos horizontes. Y es que hasta ahora era la eólica la energía que se establecía en los mares, sin ocupar terreno. Ahora la experimentación ha dado pie a que también la solar pueda implantarse a gran escala.
Son estos casos pioneros los que hacen avanzar al sector en Europa. Y, según las previsiones, el camino dará sus frutos. En 2030, un 32% de la energía en la Unión Europea provendrá de fuentes renovables. Un paso intermedio hasta una meta que a día de hoy se debate en la UE: obtener una economía con cero emisiones en 2050.
Si bien no todo se cocina dentro. El continente también explora la posibilidad de importar energía procedente de fuentes renovables. Después de todo, Europa siempre ha sido un importador de energía. Hasta ahora de gas y petróleo. Pero en el futuro puede que países como Túnez exporten más allá del Mediterráneo electricidad extraída de energía solar.