exoesqueleto robótico

París 2024: el último ejemplo de innovación con exoesqueletos

En las últimas décadas, los avances en tecnología han dado lugar a desarrollos revolucionarios en el campo de la neurorrehabilitación, particularmente en el uso de exoesqueletos. Estos dispositivos, que pueden describirse como armazones que se ajustan al cuerpo para mejorar las capacidades físicas, han mostrado un potencial significativo en la rehabilitación de personas con movilidad reducida. La reciente aparición de un atleta paralímpico llevando la antorcha olímpica con la ayuda de un exoesqueleto robótico durante los Juegos Olímpicos de París 2024 subraya el impacto positivo de esta tecnología.

Investigación y aplicaciones clínicas del CSIC

Equipos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en España han estado a la vanguardia de la investigación en neurorrehabilitación durante casi dos décadas. Este campo, que combina investigación y aplicaciones clínicas, se enfoca en tratar enfermedades neurológicas que afectan la movilidad

Un ejemplo notable es el trabajo con niños que padecen parálisis cerebral, una condición que causa dificultades significativas en el control muscular. Dependiendo de la gravedad del daño cerebral, estos niños pueden necesitar asistencia para ponerse de pie y caminar, requiriendo un enfoque multidisciplinar en su rehabilitación.

La parálisis cerebral infantil

La parálisis cerebral infantil, la causa más común de discapacidad motora en niños, afecta a casi uno de cada 500 nacidos en España, según datos de ASPACE. Esta condición no solo afecta la respuesta motora, sino que también puede ir acompañada de epilepsia, alteraciones visuales, auditivas e intelectuales, y dificultades de aprendizaje. En el 75% de los casos, el síntoma más común es la espasticidad, un trastorno que implica un aumento anormal del tono muscular, afectando severamente la marcha.

El daño cerebral puede ocurrir durante la gestación, el parto o los primeros años de vida, debido a causas como infecciones bacterianas o falta de oxígeno durante el nacimiento. Este daño interfiere con el desarrollo adecuado del sistema nervioso central, dificultando la capacidad del cerebro para controlar el movimiento, la postura y el equilibrio

Eduardo Rocon, líder del Grupo de Ingeniería Neural y Cognitiva del CSIC, ha desarrollado un exoesqueleto robótico flexible para la rehabilitación de miembros inferiores en niños pequeños con parálisis cerebral, denominado Discover2Walk. Este dispositivo, adaptable a varias tallas y pesos, está diseñado para ser probado en hospitales y evaluar su efectividad en la rehabilitación de estos niños.

Innovación en tecnologías de neurorrehabilitación

La irrupción de tecnologías capaces de compensar trastornos motores ha revolucionado el tratamiento de personas con discapacidades. La neurorrobótica, basada en exoesqueletos vestibles, y la neuroprotésica, que utiliza estímulos eléctricos para activar los músculos, son ejemplos de cómo la tecnología puede facilitar la recuperación de funciones motrices. El Grupo de Ingeniería Neural y Cognitiva del CSIC ha estado trabajando en exoesqueletos durante más de 15 años, complementando las terapias tradicionales de neurorrehabilitación.

La colaboración interdisciplinaria ha sido clave para estos desarrollos. Diego Torricelli, investigador del CSIC, lidera el proyecto europeo Eurobench, que busca crear el primer centro de ensayo y estandarización de exoesqueletos robóticos en Europa. Este centro permitirá a empresas e investigadores probar sus tecnologías en condiciones que replican la vida diaria.

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Avances recientes en exoesqueletos

Un ejemplo reciente del impacto de estos avances es el Exo-H3 de Technaid, un exoesqueleto vestible que puede ayudar a personas con movilidad reducida a recuperar la capacidad de caminar. Este dispositivo será probado en el centro Eurobench para evaluar su efectividad.

Además, la Asociación de Daño Cerebral de Navarra (Adacen) ha comenzado a utilizar un exoesqueleto de uso industrial para ayudar a pacientes con hemiparesia. Este dispositivo, originalmente diseñado para ayudar a los trabajadores a mover cargas pesadas, ha mostrado prometedores resultados en la rehabilitación de pacientes con daño cerebral.

Los Juegos Olímpicos como símbolo de esperanza y futuro

La emotiva participación del tenista paralímpico Kevin Piette en los Juegos Olímpicos de París 2024, llevando la antorcha olímpica con la ayuda de un exoesqueleto robótico, simboliza los increíbles avances y el potencial de estos dispositivos. Piette, que quedó parapléjico a los 11 años, pudo caminar nuevamente gracias a esta tecnología, emocionando a una multitud mientras llevaba la antorcha por las calles de Poissy.

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Los exoesqueletos no solo representan un avance tecnológico, sino una esperanza renovada para mejorar la calidad de vida de las personas con movilidad reducida, demostrando que, con innovación y colaboración, es posible superar barreras aparentemente insuperables.

Imagen de cabecera: Ekso Bionics

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