Eyetalk, las gafas que leen en voz alta a los ciegos

Empezaron como un proyecto para competir en un concurso de emprendedores para estudiantes, pero su potencial ha hecho que se vea como una idea revolucionaria. Eyetalk son unas gafas con un sistema de reconocimiento de escritura, capaces de leer en voz alta un texto que se coloque delante, ya sea un libro o la etiqueta de un producto en el supermercado.  En un vídeo de demostración, sus creadores muestran la asombrosa precisión que ofrece el dispositivo.

Eyetalk tiene su origen en las clases de Seema Pissaris, emprendedora y profesora en el FIU (Florida International University) College of Business, que alentó a sus alumnos a crear un proyecto emprendedor con connotaciones sociales. Los estudiantes del FIU María Pía Celestino, Viurniel Sánchez, Jesús Amundarain y Esam Mashni colaboraron estrechamente con su tutora para llevar a cabo una iniciativa que podía ayudar a mucha gente y además producir beneficios económicos.

El resultado han sido estas gafas que leen en voz alta textos impresos en múltiples soportes. La principal novedad que aporta el proyecto es el abaratamiento y la reducción del tamaño del equipamiento. Ya existen soluciones capaces de reconocer caracteres impresos y dictarlos, pero los equipos son voluminosos y caros. Eyetalk utiliza componentes ligeros y está diseñado para poder salir al mercado con un precio asequible.

El dispositivo empezó a forjarse en el pasado otoño, cuando la profesora Pissaris lanzó el reto a sus alumnos, y aún se encuentra en fase de desarrollo. Pero se espera que no tarde demasiado en llegar al mercado. Incluso se están haciendo planes para que futuras versiones de las gafas puedan leer en varios idiomas –se ha empezado por el inglés, como es lógico– y así dirigirse a un público global, en distintos países.

http://www.youtube.com/watch?v=SJ14bnlkA

Increíbles posibilidades

La nueva tecnología tiene la capacidad de crear un nuevo mercado global. Así lo afirmó uno de los jueces en el concurso universitario donde los estudiantes participaban con su proyecto, al que por entonces llamaron FreedomLens. El anterior nombre hacía alusión a la sensación de libertad que quería imprimir el producto en sus clientes ciegos.

Las personas con ceguera pueden utilizar las gafas para leer libros, periódicos o cualquier tipo textos impresos, incluidos los envases de productos de alimentación o carteles. Eyetalk funciona sin necesidad de conexión a Internet, con lo que aligera y simplifica bastante el equipo. La profesora alaba la iniciativa de sus alumnos, no sólo desde el punto de vista emprendedor sino por el tipo de servicio que está destinado a prestar su producto. “Ellos están retocando una tecnología para atender a una necesidad global y creando una solución basada en el mercado”, señala.

Michael Arbitman, un ingeniero informático que perdió la vista cuando estaba por la veintena y creó la web Imuneek.com, para que los discapacitados compartan recursos, ha quedado fascinado con el potencial de la tecnología desarrollada por los estudiantes de FIU. La voz sintetizada que emiten las gafas es una forma de conectar a los ciegos con una gran mayoría del mundo escrito, sin que éste sea traducido al braille.

Las gafas están tomando forma como dispositivo. Desde que Google anunciara su proyecto de lentes inteligentes, este objeto se está empezando a ver de forma diferente. Y no es la única compañía que ha optado por evolucionarlo para convertirlo en una plataforma de servicios. El buscador chino Baidu también ha informado sobre su propia iniciativa, mientras que Microsoft ha registrado patentes relacionadas con el mismo concepto. Sin embargo, la utilidad de Eyetalk lleva a otro extremo el uso de las gafas. En este caso se dedican enteramente a cubrir una necesidad acuciante para un público específico, dejando de lado los cantos de sirena del gran mercado de consumo.

Los avances para recuperar la visión

Eyetalk obedece a una necesidad: la de proporcionar a las personas ciegas la posibilidad de leer textos impresos. En un sentido más amplio ha habido avances en los últimos meses, relacionados con los implantes en la retina, para intentar recuperar la visión. Investigadores franceses y estadounidenses de la empresa Second Sight han desarrollado Argus II, el primer ojo biónico que ha sido aprobado por las autoridades europeas para su comercialización.

El Argus II consta de una microcámara ubicada en unas gafas y un microchip, formado por 60 electrodos, que son los que definen la resolución a la que se ve la imagen, implantado en la retina del usuario. Un procesador traslada la información que capta la cámara a las células del ojo humano, permitiendo que éste reciba imágenes.

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