¿Cómo entienden las generaciones Zeta y Alpha la seguridad en la tecnología?

Cada generación de padres ha tenido que lidiar con el tiempo que dedicaban sus hijos a determinadas actividades. Desde hace años, ese enemigo son las pantallas. Ordenadores, consolas de videojuegos, tabletas, smartphones… Nosotros también usamos pantallas, pero somos adultos. Se presupone que debemos ser capaces de equilibrar nuestra agenda diaria. En el caso de los menores, clasificados como generación zeta y generación alpha, somos los padres y tutores los responsables de esta tarea hasta que ellos alcancen la edad adulta. Y como las pantallas suelen estar conectadas a Internet, debemos velar por su seguridad tecnológica.

Pantallas y acceso constante a Internet. Una combinación que a muchos padres causa recelo y que a todos debería poner en guardia. Cualquier estadística que consultemos confirma que los jóvenes actuales pasan el tiempo con redes sociales, aplicaciones de mensajería instantánea y/o plataformas de vídeo como YouTube, TikTok o Twitch. Y también con juegos online. La llamada generación Zeta (nacidos entre 1995 y 2010) tiene un 97% de penetración de Internet. Y la generación Alpha (nacidos a partir de 2010) ya les van a la zaga. Hasta el punto de que muchos de ellos han interaccionado con pantallas desde sus primeros años de vida. La pantalla como sustituto del sonajero.

Así que queramos o no, jóvenes y pantallas es algo tan común que es imposible no prestarle atención. Desde el principio. Decidir cuándo comprarle a nuestro hijo su primera pantalla o cómo va a ser su relación con las pantallas es hoy en día una decisión tan o más importante que decidir a qué centro educativo enviarlo, qué tipo de ropa comprarle o qué alimentación darle. Y todos estos casos tienen algo en común. Deben ser procesos a lo largo del tiempo que combinan nuestras decisiones con la educación en ese ámbito, para que en el futuro tomen decisiones por sí mismos. Y si hablamos de pantallas, resulta inevitable sacar el tema de las seguridad tecnológica o la seguridad online.

Tiempo y exposición en el mundo digital

El último informe anual de Qustodio deja claro que no es una moda pasajera, es un fenómeno asentado. Los menores de entre 4 y 18 años de España, Estados y Reino Unido, pasan unas cuatro horas delante de pantallas fuera del horario escolar. A diario. Puede parecer mucho. En su momento, el problema era la televisión. Hoy hablamos de consolas de videojuego, ordenadores y, especialmente, smartphones.

¿Y en qué se reparte ese tiempo frente a las pantallas? Redes sociales, mensajería instantánea, plataformas de vídeo online y videojuegos. Redes sociales como TikTok (80 minutos al día en España) o Instagram (54 minutos al día en España). Mensajería instantánea o comunicaciones online como Zoom (51 minutos al día) o WhatsApp (41 minutos al día), plataformas de vídeo como Prime Video (47 minutos diarios), YouTube, Netflix y Disney+ (41 minutos diarios) o videojuegos como Minecraft (43 minutos diarios), Brawl Stars (30 minutos diarios) o Clash Royale (29 minutos diarios).

Aunque estos datos pueden variar y aparecer otros nombres en el listado de videojuegos favoritos, el caso es que las llamadas generación Alpha y generación Zeta dedican tiempo a estar conectados a Internet. Son las generaciones que lo han tenido más fácil para acceder a la tecnología y a la red de redes. No por nada, en España, el 99% de los hogares tienen al menos un smartphone, un ordenador (81,4%), un televisor inteligente (60,7%) y/o una tablet (58,4%).

Y ese tiempo lo pasan con actividades que facilitan la exposición online. Es decir, puedes ver fotografías, vídeos y comentarios de otros, pero es inevitable que los menores publiquen ese contenido personal en redes sociales o lo compartan por mensajería instantánea. Por otro lado, a través de plataformas como TikTok, Youtube o Twitch contactan con influencers que suponen una influencia, en especial a ciertas edades. Que esa influencia sea positiva o negativa dependerá del tipo de contenido que ofrezca ese tiktoker, youtuber o streamer. Y en tercer lugar, en el peor de los casos se pueden dar situaciones de ciberacoso (o ciberbullying), estafas online o chantaje online a cambio de contenido sexual.

La generación Zeta y la generación Alpha necesitan formación en seguridad tecnológica

No lo estamos haciendo tan mal

Hace dos años, Google, BBVA y la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, presentaron un estudio en el que habían entrevistado a 1.200 jóvenes españoles de entre 15 y 29 años. Entre las preguntas que se hicieron, se les preguntó por las redes sociales. Y las respuestas más habituales podrían ser compartidas tanto por padres como por hijos. Vamos, que ambos colectivos pensamos igual. Las principales respuestas eran del tipo “las personas mienten más en Internet y en las redes sociales que cara a cara”, “en las redes sociales te engañan muchas veces” o “en las redes sociales te arriesgas a que te hagan daño”. Pese a esto, una de las respuestas más frecuentes fue que las redes sociales ayudan a conocer gente con quien tener relaciones personales o afectivas.

Los jóvenes, sean generación Alpha, generación Zeta o como queramos clasificarlos, son conscientes de los peligros que entraña Internet si se lo hemos inculcado desde pequeños. Cada vez es más frecuente que cuentas de redes sociales de menores estén protegidas o sean privadas. Queda claro que el acompañamiento y la pedagogía constante son herramientas imprescindibles para que, cuando el niño se maneje solo, pueda discernir entre mentiras y verdades, personas honestas o deshonestas. Como ocurre en el mundo físico. Pero no hay que bajar la guardia. Los menores están más familiarizados con la exposición online, lo ven más natural que las generaciones anteriores. Toman precauciones. Pero siguen exponiéndose. Así que no hay que bajar la guardia.

Nos guste o no, ayudarles a crear una cuenta segura en Instagram o TikTok, por citar dos ejemplos, va a ser algo tan frecuente en adelante como enseñarles a atarse los cordones de los zapatos o decirles cómo montar en bicicleta. Como suelen decir muchos expertos, si no lo hacemos nosotros, a nuestra manera, con nuestras reglas, lo harán otros. A su manera. Y ahí habremos perdido una gran oportunidad de educar a nuestros hijos en seguridad tecnológica, algo con lo que deberán lidiar durante toda su vida con más y más frecuencia en años venideros.

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