La gestión de los dominios por parte de la ICANN se encauza a través de dos tipos de entidades, los registry y los registradores.
La ICANN (Internet Corporation for Assigned Names and Numbers) es la organización encargada de la gestión de los dominios de Internet desde 1998, cuando sustituyó a la IANA, una entidad que se remonta casi a los tiempos de ARPANET. Su transparencia –posee unas reglas muy estrictas en cuanto a la difusión de sus actividades–, sin embargo, no es suficiente para que trascienda cómo funciona la parte administrativa del sistema de dominios. Pese a estar disponible al público muchos usuarios desconocen el proceso, incluso los que tienen dominios comprados.
Antes de nada hay que tener claro que la sede de la ICANN se encuentra en California, con lo que la organización está supeditada a las leyes de este estado, así como a las de Estados Unidos. Está fundada como una entidad sin ánimo de lucro, con lo que sus responsables tienen que atender a la legislación que rige para este tipo de organizaciones.
La ICANN coordina el sistema de nombres de dominio (DNS, de cuyos aspectos técnicos ya hemos hablado), pero debido la magnitud de la tarea y para evitar una suerte de monopolio delega en otras organizaciones. El sistema se compone de dos papeles básicos que lo vertebran.
El primero de ellos es el de registry (en la versión en castellano de la web de la ICANN este término aparece traducido como registro). Es una entidad en la que la ICANN delega la gestión de una extensión de dominio. Por ejemplo la compañía VeriSign gestiona el .com, mientras que la Administración General de Servicios de Estados Unidos se ocupa del .gov.
Los registry son empresas con capacidad probada para administrar una categoría de dominios, que se encargan de conservarlos (por un plazo de tiempo que suele ser de diez años) y disponer de toda la información relativa a ellos. Los criterios para ser aprobado como registry por la ICANN son muy exigentes y además la entidad elegida, que puede ser una empresa u otro tipo de organización, tiene que pagar anualmente al organismo por cada dominio.
La otra figura son los registradores, los encargados de comercializar los nombres de dominio. Hay muchas empresas que cumplen con esta labor, desde algunas famosas como GoDaddy hasta prácticamente cualquier proveedor de hosting. Estos pagan a su vez a los registry por cada dominio que les contratan los usuarios.
Las nuevas extensiones de dominio
Poco ha cambiado en la gestión de los dominios con las nuevas extensiones, surgidas este mismo año. El sistema funciona igual, el principal cambio es el número de extensiones que existen, con lo que ha aumentado el número de entidades registro o registry.
Han adquirido, por tanto, nuevas entidades la categoría de registry y se ha delegado en ellas la definición de la normativa por la que se regirá la extensión concedida. Por ejemplo, la organización responsable del .app ha aclarado que esta extensión se destina exclusivamente a lo que tenga relación con las aplicaciones.
Imágenes: querkmachine y photosteve101