Google te ayuda a comprimir y a convertir imágenes con Squoosh

No hay un formato de imagen perfecto. Depende de qué uso quieras hacer. Por eso, Squoosh te ayudará a convertir imágenes y ver las diferencias.

En su afán por investigar cómo se puede mejorar la web, Google ha lanzado diferentes proyectos, como la tecnología AMP o Accelerated Mobile Pages, que pretende cargar páginas más rápido y evitar caídas de servidores o problemas de conexión.

Uno de los aspectos más relevantes en la optimización de páginas web es el tratamiento de las imágenes, un elemento que ocupa más tamaño que el texto, por lo que un sitio web con muchas imágenes y no optimizadas tardará más en cargar en cualquier navegador que si elegimos el formato adecuado.

Comprimir y convertir imágenes son tareas imprescindibles para lidiar con la enorme cantidad de fotografías que hacemos a diario y para las que no siempre encontramos espacio suficiente, a pesar de los esfuerzos de Apple o Google con sus servidores y servicios de almacenamiento iCloud y Google Drive, respectivamente.

Recientemente, Google ha lanzado una aplicación online llamada Squoosh que permite comprimir imágenes y cambiar de formato fácilmente.

Entre sus particularidades, cuenta con ejemplos para ver cómo funciona y permite ver en tiempo real los cambios que estamos aplicando a nuestras imágenes, tanto en la calidad como en el tamaño del archivo.

Arrastrar y soltar

Squoosh es muy fácil de usar, tanto como arrastrar y soltar una imagen en su ventana principal y empezar a trabajar en ella.

Su funcionamiento gira entorno a dos mitades donde veremos la misma imagen. En la esquina inferior de cada mitad veremos las opciones de retoque disponibles, como por ejemplo Resize para cambiar la resolución de la imagen o Reduce palette para reducir el número de colores disponibles.

Resize nos ayudará a agrandar o reducir una fotografía en función de que queramos subir una imagen a internet, imprimirla para una postal o hacer un cartel gigante.

Más resolución, más calidad y también más tamaño del archivo. Y si bien es posible reducir la resolución, de nada sirve aumentarla artificialmente.

Pero la función principal de Squoosh es Compress, que permite comprimir imágenes al tiempo que cambiamos de formato según el destino de la imagen: uso personal, web, imprimir…

Las opciones a elegir son: OptiPNG, MozJPEG, WebP, Browser PNG, Browser JPEG y Browser BMP. ¿Cuál es la mejor?

El formato PNG es el más adecuado para dibujos y vectores. JPEG es el ideal para fotografías o imágenes con elementos reales, WebP es un formato reciente creado por Google que pretende desbancar a JPEG, si bien no todos los dispositivos o navegadores permiten verlo todavía. Finalmente, BMP es un formato anticuado y en desuso, más apto para gráficos que para fotografía.

Elegir, comprimir, descargar

Así pues, seleccionamos la imagen que queremos optimizar desde Squoosh. A la izquierda de la pantalla veremos la imagen original y a la derecha tendremos la posibilidad de aplicar uno de los formatos/compresiones disponibles.

Tras elegir uno, se realizará la compresión, que tarda unos segundos y veremos la diferencia de tamaño del archivo y el porcentaje de optimización que hemos alcanzado. Además, para los más avezados hay opciones avanzadas.

Si en pantalla vemos que la imagen apenas tiene cambios, podemos mover la guía central para comparar, podemos descargar el resultado pulsando en el icono de la esquina. La descarga es inmediata, sin necesidad de registro y sin trucos ni letra pequeña.

La única desventaja de Squoosh es que trabaja con imágenes individualmente. Pero por lo demás, resulta muy práctica para trastear con los distintos formatos y algoritmos de compresión.

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