Una nueva generación de resistencia a golpes en pantallas se acerca con Gorilla Glass 6, pero descuidando otro de sus grandes problemas: la resistencia a arañazos.
En la era del smartphone y de los wearables, las roturas de pantallas siguen siendo uno de los grandes quebraderos de cabeza de usuarios, fabricantes y servicios técnicos. Mucho antes de que los terminales dejen de funcionar correctamente, es común que la pantalla se haga trizas en una caída y el terminal quede inservible.
En ese sentido, Corning es una de las empresas a la que los usuarios más tienen que agradecer, pues desde el iPhone original, que aprovechó el material de Gorilla Glass después de 40 años sin uso, sus pantallas han estado muy protegidas contra golpeos y caídas accidentales. La última versión, presentada ayer, es Gorilla Glass 6, y promete soportar hasta 15 caídas accidentales desde un metro o menos de altura. La versión anterior a Gorilla Glass 6 permitía lo mismo, pero sólo se mencionaba una vez a 1,6 metros. La resistencia es del doble.
La novedad en resistencia siempre será aplaudida por fabricantes y público, que no tendrán tantos problemas de rotura ni de piezas que cambiar en garantía y en servicios técnicos. En ese sentido, la estrategia de Corning es impecable, pues ataja el problema más común, incluso para usuarios más descuidados. Según la compañía, el smartphone medio sufre siete caídas por año, lo que daría una vida de dos años con Gorilla Glass ,6 incluso siguiendo a ese ritmo de caídas (y sin tener en cuenta que los protectores de pantalla de cristal templado están cada vez más de moda).
Sin embargo, hay una problemática que con las versiones anteriores no sólo no mejoró, sino que empeoró: los pequeños arañazos o microabrasiones. Hasta Gorilla Glass 3 este era un punto central de la protección, y Corning promocionaba el producto pasando cuchillos y cosas peores por la pantalla, demostrando que no pasaba nada. Desde Gorilla Glass 4, la resistencia a golpes aumentó considerablemente, algo que continuó en 2016 con Gorilla Glass 5, pero las pantallas se arañan «con mirarlas». En principio no tiene demasiados efectos negativos, pero a máxima luz se nota mucho.
En el comunicado de Gorilla Glass 6 ni siquiera hacen referencia al asunto, lo que da a entender que el problema sigue sin corregirse. Y no parece tener fácil solución, pues no se puede mejorar la resistencia a golpes, a la vez que el material se endurece contra arañazos, y se mantiene tan fino como un smartphone demanda.