El edificio de Telefónica, situado en la Gran Vía madrileña, es un referente en el skyline de la ciudad. Lo ha sido desde hace casi un siglo, y su actividad ininterrumpida lo ha convertido en una pieza clave de la historia de Telefónica y Madrid.
Fue Ignacio Cárdenas, un joven arquitecto, quien se encargó del proyecto en el año 1926. Según sus propias palabras, «En negocios tan especiales como el de la Compañía, cuya propiedad y vida tanto han de depender del público, es preciso satisfacer a este por cuantos medios estén a nuestro alcance. Con la mejora de las comunicaciones se crea un estado de opinión favorable a la Compañía, y en él influye en gran medida que el edificio le resulte cómodo y vean en él riqueza y suntuosidad y ha de ser, como ella, popular, espléndido, útil y rico. También es un anuncio. Sin el anuncio fracasan hoy en día todas las empresas que del público viven, y un buen anuncio ha de ser enclavado en el mejor lugar de la ciudad».
La construcción
El edificio se levantó en tres años. En 1926 se inició el vaciado del solar donde iba a construirse y en mayo de 1927 se se había levantado la estructura de hierro hasta la segunda planta, que llegaba hasta los 11 metros de altura. En octubre, la estructura superaba la altura de los edificios cercanos.
Para su construcción se tuvieron en cuenta las técnicas que se desarrollaban al otro lado del Atlántico. En Estados Unidos, país de rascacielos, eran ya mucho más comunes las edificaciones de gran altura, así que el edificio de Telefónica se edificó con el modelo de aquel país. De hecho, el cálculo de la estructura metálica toma como referencia las normas de la ciudad de Nueva York. Este hecho cobra especial relevancia cuando se tiene en cuenta que, gracias a ello, el edificio se convirtió en el primer rascacielos de Europa.
Poniéndose en marcha
El primer acto público que tuvo lugar en el edificio lo reseñamos hace un tiempo en el blog. Se trató de la primera comunicación entre España y América, que puso en contacto telefónico al rey Alfonso XIII con el presidente de los Estados Unidos, Calvin Coolidge. Ocurrió el 13 de octubre de 1928 y, posteriormente, se realizó una visita al edificio, que todavía estaba en plena construcción.
Habría que esperar un poco más para su apertura. La inauguración oficial del edificio tuvo lugar el 1 de enero de 1930, pero seis meses antes, en julio, empieza ya a utilizarse. Se pusieron en funcionamiento dos centrales, urbana e interurbana, que permitían atender a 20.000 líneas telefónicas y funcionaban las 24 horas.
La historia del primer rascacielos europeo es también la historia de las telecomunicaciones en España, de su desarrollo, evolución e importancia a lo largo del siglo XX. El edificio de Telefónica ha sido testigo y protagonista, y lo seguirá siendo por mucho tiempo.
Imagen | Urbanity