Una compañía de Estados Unidos utiliza por primera vez la impresión 3D en el diseño y creación de sus joyas. Las aplicaciones de esta tecnología parecen no tener límites.
Las impresoras 3D llevan utilizándose desde hace más de tres décadas en la fabricación industrial de prototipos. Su importancia, sin embargo, ha aumentado en los últimos meses, al poder disponer de máquinas de impresión 3D más baratas y eficaces.
Por este motivo, el uso de la impresión 3D en un gran abanico de sectores es cada vez más frecuente. Aplicaciones que varían desde la arquitectura a la moda han mostrado cómo esta tecnología puede generar valor y diferenciar e innovar en los productos que se fabrican. De hecho, el último sector en subirse al carro de las impresoras 3D es la joyería de alta gama.
Según anuncia Forbes, la compañía norteamericana American Pearl busca revolucionar la fabricación de joyas mediante la impresión 3D. El objetivo de Eddie Bakhash, CEO de la empresa, es implementar el uso del diseño asistido por ordenador y de la impresora 3D Solidscape T-76 en la creación y venta de estos productos.
Para demostrar que efectivamente su idea es factible, Bakhash ha diseñado y vendido las primeras joyas fabricadas gracias a la impresión 3D, como un collar personalizado por 105.000 dólares a un emprendedor tecnológico. Su proyecto es muy interesante para el sector de la joyería, porque permite que los clientes diseñen totalmente las joyas, lo que mejora la personalización de los productos.
En ese sentido, American Pearl fabricó una joya a medida con una torre Eiffel a escala. El cliente quería obsequiar con este detalle tan personal a su pareja, tras haber pasado su luna de mil en la capital francesa. La individualización y personalización de este tipo de regalos son dos de las características más destacadas del uso de la impresión 3D en joyería.
La aplicación de las impresoras 3D permitiría acelerar la fabricación de estas joyas, y aunque estemos hablando de joyería de alta gama, lo cierto es que existe un cierto ahorro en los costes, ya que el cliente ordena exactamente lo que quiere antes de que sea creado. Como vemos, la llegada de la impresión 3D es un paso más en esta extraordinaria revolución industrial 2.0 que está protagonizando esta tecnología.
Imágenes | J.D. Almeida (deviantArt), Jim Harper (Wikimedia)