Cómo el Internet de las Cosas puede llegar a superar al M2M
La tecnología evoluciona muy rápido y Telefónica debe ser capaz de avanzar con ella en el terreno móvil. Primero fue el CDPD (Cellular Digital Packet Data), un modo de transmisión de datos que hace 20 años revolucionó la existente tecnología celular analógica y que se desarrolló como un complemento a las redes IP, siendo pioneros en ofrecer servicios de telecomunicaciones integrados en vehículos para sistemas de navegación y control de flotas.
Posteriormente su uso fue cayendo en favor de la tecnología GPRS, que podía transmitir datos a una velocidad superior y un coste menor. Las operadoras móviles supieron ver sus ventajas, y apostaron por ella convirtiendo al GPRS en la favorita, pero fue quedando atrás cuando el protocolo WAP, del que se tenían grandes expectativas, quedaba totalmente inmanejable para la navegación web y el correo electrónico desde dispositivos móviles.
Sin embargo, se introdujo un concepto nuevo con el GPRS, y fue el pago por transferencia de datos, un precio por el Mbytes que viajaba por las redes que, con la llegada del 2G y el 3G se convirtió en una franquicia de datos que el cliente contrataba para navegar desde sus móviles por contenidos y aplicaciones mediante protocolo IP y P2P.
Ahora nos encontramos con servicios sobre M2M (Machine-to-Machine), que cuentan con todos los alicientes necesarios para triunfar: la experiencia de tecnologías anteriores, interés del mercado, unas expectativas razonables, aplicaciones verticales, el apoyo de los operadores de telefonía móvil, integradores de sistemas, y nuevas soluciones Big Data. Esta combinación de características ha convertido al M2M en «la solución», de forma que distintos dispositivos se comunican entre sí sin necesidad de interacción humana, todo ello unido a una tarjeta SIM como base de esta comunicación sobre las actuales redes móviles.
Pero, ¿estamos aprovechando todo el potencial del mercado? Si M2M se limita a la transmisión de pocos Mbytes entre dispositivos, estamos yendo directos al fracaso, pues su sustituto natural » Internet of Things (IoT)» le lleva mucha ventaja. El Internet de las cosas, o el Internet de todo, es la próxima oportunidad masiva de relacionarlo todo, en todas partes, en todos los sentidos y en una red abierta con entidades inteligentes auto-gobernadas (servicios web y componentes SOA). Miles de millones de conexiones y nuevos modelos de negocio, sobre redes de mayor velocidad, rápido despliegue y menor coste, y donde la tarjeta SIM deja de ser una pieza clave, pasando a ser identificadas por una IPv6 en puntos de acceso inalámbricos y referenciadas por servidores centralizados en una red LAN o WAN según la aplicación.
En la actual batalla entre M2M y el Internet de las Cosas, para ser competitivo y monetizar una red móvil robusta como la de Telefónica, debemos ser capaces de:
- Aportar valor en los servicios que ofrecemos en M2M al negocio, desarrollando servicios simples capaces de ofrecerse out-of-the-box en áreas tan diversas como e-Health, Agricultura, Smart factories, Seguridad y Videovigilancia y Equipamiento en el Hogar.
- Mayores tasas de transmisión (sobre redes LTE) que permitan que las aplicaciones que se creen, crezcan al mismo ritmo que la tecnología que las sustenta, y estén alineadas con el negocio.
- Total compatibilidad con redes LAN del hogar, que maximicen la transparencia al usuario final en entornos domésticos.
- Tener un equipo de soporte técnico cualificado, que reduzca tiempos en la gestión de incidencias y atienda las necesidades de nuevos negocios por explorar.
- Elaborar un API que permita a desarrolladores externos desarrollar aplicaciones integradas en la plataforma M2M de Telefónica y crear una comunidad social que refuerce el M2M frente al Internet de las cosas.
Estos son cinco puntos básicos para que M2M sea el caso de éxito que se espera de él.