¿Recuerdan el cerebro positrónico de Asimov? ¿Y el condensador de flujo de Regreso al Futuro? Ambos son inventos ficticios que pasaron a la cultura popular.
En 1950 fue publicada una de las obras más populares de la historia, y una de las referentes en el género de la ciencia-ficción: Yo, robot. En ella, Isaac Asimov estrenó uno de los conceptos ficticios que más ha perdurado en la historia y que más autores han adoptado y adaptado a sus obras. Se trata del cerebro positrónico, un artefacto ubicado en la cabeza de los robots con la función de dotarles de conciencia. Una malla de iridio y platino en la que los positrones crean impulsos cerebrales equivalentes a las comunicaciones neuronales.
Asimov extendió el uso del cerebro positrónico en más novelas como Los robots del amanecer, Robots e imperio, Las bóvedas de acero o Sueños de robot. Por supuesto también en algunas películas adaptadas desde estas novelas, entre las que destaca Yo, Robot (2004). Pero hay más referencias en la cultura popular y sobre todo el cine de ciencia-ficción. Por ejemplo en Star Trek, donde el robot Data también tiene un cerebro positrónico.
También hubo referencias al cerebro positrónico en la serie Doctor Who, o en una película también adaptada de la obra de Asimov que evoca directamente a la figura de Data: El hombre bicentenario, en la cual un robot acababa anhelando la condición humana y luchando por ser legítimamente un humano más.
Pero si hay un invento ficticio instaurado de forma perenne en la cultura popular es el condensador de flujo, llamado originalmente en Regreso al futuro «condensador de fluzo» por un error de traducción del original flux capacitor. Es el artilugio mediante el cual el entrañable Christopher Lloyd es capaz de realizar sus viajes en el tiempo a bordo del DeLorean que preparó para ello.
Imagen: Futurepedia
El condensador de flujo es un clásico en las obras de ciencia-ficción e incluso, nuevamente, en la cultura popular, como cuando el grupo de música británico Busted lo empleó en una de sus letras, así como Viktor Vaughn en Vaudeville Villain. Ha sido usado especialmente por autores que buscaban una forma rápida de explicar los viajes en el tiempo en sus publicaciones. También en películas como Fanboys, que está basada en torno a los seguidores de la saga Star Wars. O en series como Community, en el episodio 204, o en la americana MAD.