Javier Fesser es el director de la película Campeones y de la recién estrenada secuela, Campeonex. Las dos producciones, ambas un éxito en taquilla, se desarrollan en torno a la idea de no dar por hecho la discapacidad de nadie, apostando por la inclusión social. Desde la plataforma Mejor Conectados han charlado con el director sobre la importancia de aportar diferentes perspectivas, porque la vida no es blanco y/o negro, sino un abanico sinfín de colores.
El cine como vehículo para dar voz a historias reales
Probablemente, una gran parte de las producciones audiovisuales que se llevan a cabo y toman como protagonistas a personas con algún tipo de discapacidad, ponen el foco en esa discapacidad. Sin embargo, en Campeones y Campeonex cambian ese planteamiento para que las circunstancias de estas personas no sean las protagonistas, sino la trama que las rodea. En este caso, el deporte.
Fesser ha mostrado a la sociedad a las personas con discapacidad intelectual con la misma naturalidad y sinceridad con la que ellos afrontan su vida. El cine existe para dar voz a historias, personas, etc., para poner en relieve situaciones injustas, desigualdades, etc., para enseñarnos todas las diferentes maneras de vivir que existen y, con ellas, las diversas personas que conviven en el mundo. Estas dos películas son un ejemplo de ello, porque a veces la industria del cine «suele proyectar estándares y no la diferencia«, comenta Fesser.
Equipos de trabajo diversos para fomentar la inclusión social
Campeones y su secuela nos enseñan que la inclusión social es posible cuando aceptamos a los demás tal y como son. Según un estudio realizado por DOWN ESPAÑA en el informe Posicionamiento y líneas de actuación de DOWN ESPAÑA, de las 190.000 personas con discapacidad intelectual que hay en España, tan solo 40.000 trabajan y 20.000 están desempleadas.
Estos datos son un hecho de la urgencia de la inclusión social en todos los ámbitos de la vida. Fesser cuenta que uno de los principales aprendizajes que ha obtenido de los rodajes es que, en ocasiones, pretendemos hacer el trabajo de la otra persona por falta de confianza en esa persona y en la forma de liderar del responsable, pero cuando ese aspecto desaparece, es cuando realmente se puede hablar de inclusión social.
Cualquier punto de vista diferente que se añada en un grupo de trabajo lo único que hace es enriquecer la perspectiva.
Javier Fesser
Cada persona tiene un valor diferente que aportar a un equipo de trabajo. Las personas con discapacidad intelectual se enfrentan a los problemas de una manera distinta, más alegre, positiva y rápida, lo cual es beneficioso para el resto de trabajadores. Además, según la Fundación Adecco, la diversidad mejora el clima laboral de las organizaciones, generando un orgullo de pertenencia.