El futuro de la mHealth es, sin duda, prometedor. Los últimos análisis económicos del sector mantienen el optimismo respecto a su aplicación en el ámbito de la biomedicina.
La utilización de dispositivos o aplicaciones móviles en el campo de la salud presenta un futuro realmente prometedor. Este área, que ha recibido el nombre de mHealth, ha recibido recientemente el apoyo del propio Parlamento Europeo. Esta declaración de intenciones no es baladí.
Detrás del mercado de las tecnologías digitales biomédicas existen algo más que meras promesas. Los últimos estudios confirman un crecimiento económico imparable del sector de la mHealth.
Como sugería un artículo publicado por el Dr. J. Mark Ansermino, científico de la University of British Columbia, «la oportunidad que ofrecen los dispositivos móviles puede hacer de esta tecnología algo rentable, haciendo que sea implementada en cualquier punto del mundo».
Ahorro importante para la sanidad
Un reciente estudio de la consultora PwC confirma que la utilización de la mHealth como eje asistencial presentaría unos beneficios económicos importantes para el futuro de la sanidad. En particular, sus estimaciones hablan de un ahorro de 10.000 millones de euros en 2017.
¿De dónde se podría obtener esta reducción del gasto sanitario? La compañía ha explicado que la mHealth puede optimizar el tiempo de consulta, vigilar la adherencia terapéutica y por último, mejorar la monitorización de pacientes crónicos. En otras palabras, el uso de dispositivos móviles en el sector salud incrementaría la colaboración entre profesionales médicos, pacientes e industria farmacéutica.
Cambiar el modelo tradicional de prestaciones médicas a un sistema más digitalizado puede mejorar aspectos relacionados con el bienestar, la prevención, el diagnóstico, el tratamiento o la monitorización. En Cataluña, por ejemplo, se está promoviendo cada vez más el uso de la prescripción electrónica como modelo innovador de la mHealth.
Entre los retos futuros que afrontará esta disciplina biomédica se halla, sin duda, encontrar las formas idóneas para que los pacientes no abandonen la mHealth demasiado pronto. En otras palabras, las diferentes vías de comunicación que pueden ofrecerse a través de, por ejemplo, aplicaciones sanitarias, han de adaptarse a las diferentes necesidades de cada paciente.
El optimismo acompaña las previsiones de este sector. El último informe World Market for Telehealth concluía que en 2018 más de 7 millones de personas utilizarán los servicios de la telemedicina. No hay duda: el presente y el futuro (también los relacionados con la salud) son digitales.
Imágenes | Adrian Clark (Flickr), Dave Lawler (Flickr)
